alberto cereijo | Multipremiado guitarrista de Los Suaves y NEO y profesor en Santiago

“Eso de que la presencialidad en clase basta no vale en la música”

“Muchos festivales venden las entradas sin anunciar ni el cartel. Eso pasa porque la gente no va a ver a nadie concreto, va a ese evento, y la música está en tercer plano”

El guitarrista y profesor Alberto Cereijo, en su sala de maestría.  | // JESÚS PRIETO

El guitarrista y profesor Alberto Cereijo, en su sala de maestría. | // JESÚS PRIETO / XABIER SANMARTÍN

XABIER SANMARTÍN

Alberto Cereijo (A Coruña, 1967) guitarrista de ese icono del rock que son Los Suaves (entró en 1989), es un músico con carrera paralela en proyectos como ECO y NEO, aparte de ser profesor en Estudio, Centro Profesional de Música Moderna con sede en Santiago. Graduado en el Musicians Institute de Los Ángeles (EE UU), suma premios al Mejor Guitarrista en medios especializados como Kerrang, Heavy Rock o Popular 1. Afincado en Teo, Alberto Cereijo es un hombre tranquilo del que hablan maravillas en su sector, sin que se le conozca más enemigo que el silencio que sabe convertir en amigo fiel cuando su riff creativo precisa calma. Recibe a EL CORREO en su sala de maestría. Conversa sin prisa, mientras las manos viven por su cuenta hilando escalas en una guitarra desenchufada que miran de reojo cinco manuales de encuadernación con anillas, ladrillos de papel que resumen la estructura de su curso anual porque nadie llega al mundo enseñado, algo que subraya en serio este maestro bien dotado de sentido del humor: “Si necesito algo de ocio, por favor, que no sea música que me revienta la cabeza”, suelta Alberto bromista en medio de un encuentro que empezamos aludiendo a la reciente visita de la reina Letizia a la comarca de Compostela.

–Hablando de reinas, el otro día vi el documental del concierto de Queen en Budapest, en 1986, y sorprende; sin ser fan, lo vi entero...

–Yo tampoco fui de esos súper fans de Queen, aunque tuve algunos amigos que sí lo eran, mientras que yo apostaba más por otra música, pero Queen te engancha porque hay mucho contenido en su música.

–Aluciné con los coros del batería y el bajista, no eran mero lalalá...

–Exacto. Lo que pasa es que a Queen lo veíamos como un estándar demasiado alto en la música pop rock y, ahora que ha pasado el tiempo, ves que el estándar en el pop rock está mucho más bajo, y ahí es cuando dices... ¿Qué pasa ahora aquí?

–(Tercia Jesús Prieto, fotógrafo) Queen era muy variado, tocaba heavy, pop, medio punki...

–Eso ahora mismo no se puede hacer, ni siquiera los propios músicos tienen esa capacidad de libertad de asumir eso. Ya nos autorregulamos para que eso no pueda ser porque no está permitido, no funciona. Es curioso, y es algo que ves y que escuchas. Y Queen lo hacía sin perder la identidad en ningún momento..

–En esa época Queen llevaba un quinto componente de apoyo que igual tocaba guitarra que piano...

–Hoy la música en directo ha perdido mucha cantidad de músicos en el escenario. Ya no hay conciertos, hay espectáculo y hay que entenderlo de esa manera, y así si tiene razón de existir. Pero si vas a ver un concierto hay muchas veces en que no lo es, se emite, se recibe pero no se interactúa. Y eso no es ni bueno ni malo.

–En el Son do Camiño 2023 fue llamativo ver a raperos como Duki llevar banda cuando un año antes iban solos o en dúo...

–Necesitan que algo les distinga de sus otros compañeros. Un año solo está bien, o dos, pero luego necesitas aportar algo más musicalmente porque si no es igual a lo que yo puedo escuchar en mi casa. Hoy la gente no tiene la educación que tenía hace 20 años, se va más al espacio festival, a un evento de varios días donde están sucediendo cosas e importa poco el cartel del evento, de hecho, ahora salen antes de Navidad las entradas a la venta para muchos festivales sin siquiera anunciar sus conciertos. Eso pasa porque la gente no va a ver a nadie concreto, va a ese evento, y la música está en tercer plano. Está el espectáculo, está el evento festival, está la parte de hostelería y la música, en cuarto puesto. Incluso el acondicionamiento y los servicios están por delante de la música. Entonces ves que la música ha generado algo pero le ha pasado por encima todo el entramado.

–¿Como evoluciona la actitud de quienes buscan aprender música?

–Lo que ha cambiado bastante es el modo de entender la exigencia de la actividad formativa, que necesita habilidad física e intelectual. En los últimos años, a los chicos y chicas, el sistema educativo intenta formarles mucho en que la presencialidad de las clases debe ser suficiente, intentando evitar que tengan tareas en el domicilio y en música, eso no funciona. Cuando se acercan a un espacio de enseñanza como el nuestro no les cuadra el tiempo dedicado con los objetivos conseguidos y hay que cambiar mucho esa disposición inicial... A nivel de alumnado, se ha ido perdiendo esa parte de gente joven que quiere formarse para hacer de la música su profesión o semiprofesión, hay más un perfil de personas que buscan un ocio, un pasatiempo bien llevado o un rato personal que te haga tener un momento más emotivo durante la semana. La música reclama un tiempo para tener una serie de resultados e implica tener mucho trabajo, muchas horas extras, más de lo que ahora se entiende como necesario para poder realizar una labor. Parecemos unos artesanos que hacemos cosas que ya no merece la pena hacer, dicho en plan broma.

–¿Qué escucha quien hoy quiere aprender a tocar la guitarra?

–Antes costaba mucho encontrar información y contenidos y los escuchabas un millón de veces, y ahora el volumen de contenidos es brutal y al mismo tiempo muy endogámico porque el sistema nos lleva a proponer un perfil de cosas similares. Hoy la gente no tiene variedad de escucha de contenidos, y una de las cosas que hago con el programa de rock contemporáneo que desarrollo es intentar que cada quien vaya percibiendo diferentes espacios, que haya cierta versatilidad, muestro todo lo que uno se puede encontrar... Porque la música supone aprender desde aquí al fin de los días. Esto es una cuestión de frustración constante, cuando te sale algo vas a por algo que no te sale, siempre es así. Es importante tener un guion sólido pero la educación consiste en estar con cada una de las personas en clases individuales para guiar, para que así se pueda aprovechar la información en función de las habilidades y de la velocidad de cada persona.