Mala hierba... si no muere, mátala

El estado selvático de solares muy céntricos del casco urbano de A Estrada genera malestar entre los vecinos por la imagen que proyectan y la proliferación de “bichería”

Parcela con estado selváticoen el centro de A Estrada.  | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Parcela con estado selváticoen el centro de A Estrada. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Ana cela

Ana Cela

Ana Cela

En primavera la vegetación se dispara. Temperaturas agradables y agua suficiente –al menos en estas latitudes– contribuyen a estresar a quien tenga que mantener un jardín o una extensión de terreno. Dicen que hierba mala nunca muere pero, si el dicho se libera de su doble sentido y se aplica literalmente a la vegetación, si no muere...habrá que matarla, especialmente cuando su proliferación termina colisionando con el civismo y la salubridad.

Un paseo por el casco urbano de A Estrada permite comprobar de dónde manan las quejas de muchos ciudadanos cuya residencia se encuentra próxima a ciertos remansos en los que la maleza vive completamente en paz. No hace falta irse muy lejos. En realidad, ni siquiera es necesario cambiar los tacones por unas zapatillas deportivas si se desean encontrar ejemplos de solares en los que –con o sin edificación– son completamente selváticos. En estos casos, no es que las condiciones metereológicas de la avanzada estación primaveral estén avivando el crecimiento de las malas hierbas. Ni mucho menos. Todos ellos son ejemplos de vegetación que hace tiempo se ha ido de las manos en el centro de la capital estradense.

La maleza sale por encima y por debajo de los cierres, llegando a la vía.   | BERNABÉ/J.LALÍN

La maleza sale por encima y por debajo de los cierres, llegando a la vía. | BERNABÉ/J.LALÍN / Ana cela

En torno a estos solares descuidados existen vecinos descontentos. Todos ellos coinciden en subrayar que tener una finca en el casco urbano lleva parejas unas perspectivas sustanciosas en caso de venta para edificación, pero también unas responsabilidades y unas obligaciones que han de estar a la altura. En realidad, no se trata de potencial, sino de un deber como propietario y como ciudadano. De hecho, en algunos de estos casos la maleza invade o genera una afección sobre la vía pública, además de convertirse en un auténtico nido que favorece la proliferación de roedores y reptiles que, antes o después, terminan en la calle.

Mala hierba... si no muere, mátala

Mala hierba... si no muere, mátala / Ana cela

Algunas de estas fincas están cerradas, pero los elementos que las delimitan poco pueden hacer para retener la maleza desmandada. Las zarzas salen hacia la acera, llegando a romper vallas, telas de sombreo e, incluso, amenazando la integridad de materiales más resistentes. En otros casos asoman por la parte alta de los muros, evidenciando desde fuera lo que los vecinos del entorno pueden contemplar fácilmente por sus ventanas. La imagen de abandono preocupa a algunos ciudadanos, pero reconocen que la proliferación de “bichería” les molesta todavía más.

Mala hierba... si no muere, mátala

Mala hierba... si no muere, mátala / Ana cela

Fuentes municipales explicaron ayer que el Concello no tiene una ordenanza específica para este tipo de solares, sino que la exigencia que les afecta en la misma que se ciñe sobre las fincas del ámbito rural, siendo obligación de los propietarios mantenerlas limpias. Indican que el ayuntamiento puede actuar de oficio o bien responder a la denuncia que presenten los vecinos, correspondiendo a la Policía Local comprobar el estado en que se encuentra la parcela –para cercionarse de que no se trata de una denuncia falsa– e identificar a sus propietarios para girar la correspondiente orden de adecuación de sus terrenos a las exigencias de mantenimiento correspondientes.

Mala hierba... si no muere, mátala

Mala hierba... si no muere, mátala / Ana cela

Las mismas fuentes indicaron que, en el caso específico de los solares urbanos, la Policía Local realizó recientemente un estudio de solares que están dando problemas por su falta de mantenimiento. Además de notificar a los propietarios que están incumpliendo con la obligación de limpieza, el Concello tiene en estos casos la opción de garantizar que el mantenimiento se realiza a través de una ejecución subsidiaria, remitiendo seguidamente los costes de la actuación a los dueños del solar. En este tipo de casos no cabe la interposición de multas coercitivas, que sí operan si se desoye la exigencia de cuidados en edificaciones, por ejemplo.

Las malas hierbas proliferan en primavera. Antes y ahora son un problema con responsabilidad exclusiva de quien tiene, también a título privado, una propiedad.

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