La Feira da Sidra rompe su récord un año más con 4.000 vasos vendidos

Los organizadores estiman que se despacharon unas 5.000 botellas | Los productores locales tiran de reservas para atender la demanda | Estudian extender el evento a más días

La décima edición de la Feira da Sidra de A Estrada volvió a superar expectativas. Si el año pasado se agotaron los 3.000 vasos para la degustación, este año la organización contaba con 4.000 que volvieron a quedarse cortos. Lo mismo ocurría con las botellas, unas 5.000 que los organizadores estiman se abrieron entre los 21 puntos de venta con lagares locales, nacionales y algún europeo llegado de Francia y Portugal.

Desde las 12.00 horas que empezaba a andar el evento, la Praza do Concello ya bullía con el gentío de los que acudían a probar los primeros culines, y ya a la una del mediodía, cuando dio comienzo el concierto de Galifunk el número de asistentes era abrumador. Desde la larga cola para comprar el vaso, a barras prácticamente inaccesibles, el personal de la Feira trabajó a plena capacidad, sin descanso, para intentar dar la mejor atención posible. En este sentido, uno de los organizados, José Antonio López Pampín, aseguraba que “en el futuro habrá que plantearse las cosas de otra manera, con la dimensión que ha alcanzado la cita ahora una sola jornada es muy poco tiempo, lo ideal sería extenderlo a varios días y poder trabajar más relajados”.

Efectivamente, la evolución de esta feria a lo largo de los años es innegable. El propio Pampín confiesa: “cuando empezamos bajo la carpa del pulpeiro no nos imaginábamos que esto acabaría siendo así, pero si se le pone amor y esfuerzo a las cosas, al final salen bien”. Ahora, la asistencia es tal que en comparación con ediciones pasadas el volumen de trabajo en los puestos de los lagares es frenético desde primera hora: “antes a las doce se servía pero era mucho más relajado, este año fue una locura desde el principio” declara el sidrero estradense.

Con todo, la lluvia se hizo notar en la afluencia de personas en la segunda apertura, en la que los puestos ya podían respirar más, mientras que el buen tiempo de la mañana animaba más a estar fuera, disfrutando de la música y estos caldos de manzana. Las botellas empezaban a escanciarse de nuevo a las 19.00 horas, que era también cuando se procedía a entregar los diplomas de honor a productores del sector, así como clásico Grolo de Ouro, que este año fue a parar a Jesús Armenteros del Olmo, responsable de Lagar de Ribela y uno de los primeros en formar parte de la organización de la Feira da Sidra.

Más tarde, a las 20.00 horas el testigo en el escenario lo tomó Xurxo Fernándes, para ofrecer un concierto presentando su último trabajo “Levaino”. Mientras, la sidra seguía corriendo pasadas las 21.00 horas. Asimismo, aunque en total se contaba con unas 4.000 botellas para la degustación, la organización hizo acopio un millar más de producción local para asegurarse de que este brebaje no faltaba, en caso de que, como suele acontecer, la realidad superase las expectativas de asistencia.

La carpa de la degustación abarrotada de asistentes.   | //BERNABÉ/ANTÓN FONDEVILA

La carpa de la degustación abarrotada de asistentes. | //BERNABÉ/ANTÓN FONDEVILA / nerea couceiro

Un sidrero escanciando.   | //BERNABÉ/ANTÓN FONDEVILA

Un sidrero escanciando. | //BERNABÉ/ANTÓN FONDEVILA / nerea couceiro

Concierto de Galifunk en la Praza do Concello.

Concierto de Galifunk en la Praza do Concello. / nerea couceiro

López Campos y Louzao con los productores locales.

López Campos y Louzao con los productores locales. / nerea couceiro