La reinvención del ultramarinos

El centenario establecimiento forcaricense Pan de Soutelo recibe uno de los 25 “Soletes para perderse” que la guía Repsol entregó en Galicia

Pan de Soutelo conoció en la jornada de ayer su reconocimiento.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Pan de Soutelo conoció en la jornada de ayer su reconocimiento. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Lois Docampo

Roberto Álvarez, responsable del establecimiento forcaricense Pan de Soutelo, estaba ayer abrumado entre llamada de prensa y felicitaciones. De esa extraña manera se enteró del premio que había recibido. El equipo de expertos de Guía Repsol viajó a las cocinas y barras de los pueblos de todas las provincias españolas y eligió 300 Soletes: restaurantes, bares, cafeterías y hasta fast food en los que sentarse a comer o tomar algo sin prisa. De estos nuevos 300 Soletes, 25 están en Galicia y uno en Soutelo de Montes. El centenario establecimiento de Roberto se convirtió así de un día para otro en el centro de todas las miradas de aquellos que todavía no habían sucumbido a los encantos de sus propuestas culinarias.

Este establecimiento abrió sus puertas a comienzos del siglo pasado como panadería tradicional de la mano de Álvaro García, acuñando el conocido Pan de Soutelo. Con el paso de los años, el establecimiento fue reconvirtiéndose para terminar pareciéndose más al típico ultramarinos que puede encontrarse en las pequeñas localidades. Todo cambió sin embargo hace casi una década, cuando Roberto y su mujer, nieta de Álvaro García, se hicieron cargo del negocio.

Lo que buscamos fue reinventar el ultramarinos tradicional, renovando algunas cosas que ya estaban obsoletas y dándole un nuevo aire. Seguimos vendiendo pan, pero ahora contamos con una panadería que lo crea en exclusiva para nosotros, y también seguimos ofreciendo bocadillos, algo que ya era una tradición, pero ahora vamos más allá”, explica Roberto Álvarez, cabeza de una familia con seis empleados fijos al año.

Ahora cuentan con una parte de restauración, donde se puede beber o comer algo y otra de venta de productos frescos, de calidad y tradicionales. Así, a su conocido bocadillo de jamón le ha salido competencia con las pizzas hechas con la primera hornada de pan de bolla que sale del horno. También cuentan con empanadas y repostería del día hasta agotar existencias.

Esta propuesta es la que ha cautivado a la Guía Repsol, que la incluye en sus recomendaciones como “uno de esos lugares que soñamos encontrar cuando emprendemos un viaje”.

El bocadillo más deseado

Bocadillo de jamón.

Bocadillo de jamón. / Lois Docampo

La fama de Pan de Soutelo era ya muy grande en la zona antes de recibir este reconocimiento. Curiosamente, una de sus propuestas más conocidas dentro y fuera de la comarca es su bocadillo de jamón, que vienen realizando desde hace décadas. Roberto Álvarez nos explica el secreto de este bocadillo para ser tan especial. “Solo hay que tener dos cosas, un gran jamón y una gran masa”, afirma. “Nuestro pan es artesanal y se hace en horno de leña, como se hacía antes. Aquí no hay electricidad ni gas. Además, para hacerlo usamos harina de trigo del país. Eso deja un pan más colorido y amarillo. Es un pan muy agradable, que combina muy bien con la textura del jamón”. El bocadillo más habitual es solo con esos dos ingredientes, aunque también se le puede echar un chorrito de aceite o añadirle tomate.