El Clínico investigará con 200 pacientes cómo mejorar la terapia en insuficiencia tricuspídea

Liderado por la doctora Amparo Martínez Monzonís, su proyecto tendrá una duración de dos años y acaba de ser premiado con el Ramiro Carregal de Investigación en Cardiología

Equipo del Clínico liderado por la doctora Amparo Martínez Monzonís, a la derecha.

Equipo del Clínico liderado por la doctora Amparo Martínez Monzonís, a la derecha. / Koro Martínez

Koro Martínez

Averiguar las claves por las que mientras que unos pacientes con insuficiencia tricuspídea mejoran de su patología al ser intervenidos de este tipo de valvulopatía, otros en cambio no observan esa evolución positiva, es uno de los principales objetivos de un proyecto de investigación que está a punto de ponerse en marcha en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago, y que acaba de ser galardonado con el IV Premio Ramiro Carregal de Investigación en Cardiología.

Liderada por la doctora Amparo Martínez Monzonís, la cardióloga explica en conversación con este periódico que su investigación se llevará a cabo durante los dos próximos años con doscientos pacientes de Cardiología que atienden en las consultas del CHUS.

Se muestra agradecida por el reconocimiento que acaba de obtener junto a su equipo -del que también forman parte Ana García Campos, Brais Fernández, Violeta González Salvado, Sonia Eiras Penas y Ramiro Trillo Nouche-, ya que cree que “supone poner en valor la investigación que se lleva a cabo en este hospital, con un grupo multidisciplinar en el que se incluye la ciencia básica, algo que es muy importante”.

Sobre el trabajo a punto de comenzar, la también presidenta de la Asociación de Imagen Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología recalca que “es importante saber por qué algunos afectados con esta patología mejoran cuando son operados y otros en cambio no lo hacen para averiguar en qué casos es recomendable la intervención quirúrgica o una técnica de reparación percutánea, y es también muy importante saber cuál es el momento idóneo, conocer el momento ideal en el que se puede obtener el mejor rendimiento posible para valorar si intervenimos o no”.

De hecho, calcula que aproximadamente “el 40 por ciento de los pacientes no se identifica con una mejoría tras ser intervenido quirúrgicamente o con un tratamiento percutáneo, de ahí la relevancia de saber si merece la pena ese intervencionismo o no porque, evidentemente, conlleva unos riesgos”.

Recuerda que la insuficiencia tricuspídea ha sido una valvulopatía olvidada durante mucho tiempo, algo que atribuye al hecho de que “se pensaba que no tenía tanta repercusión en la vida del paciente y a que no había técnicas de imagen adecuadas para la valoración”. Una situación que ha cambiado porque esas técnicas de imagen han mejorado mucho en los últimos años y, además, se ha comprobado que es una enfermedad que “no está exenta de una alta morbimortalidad”.

La doctora Martínez Monzonís añade que “en las consultas vemos que es una afección no despreciable, que en algunos casos se da en pacientes que antes habían sido tratados de otras valvulopatías y se consideró que ésta no era para tenerla en cuenta, pero que luego por factores de edad o por diferentes motivos ha progresado”, y advierte sobre el hecho de que “muchas veces son personas que no tenían otros problemas y que cuando notan los síntomas de la insuficiencia tricuspídea ya es muy tarde”. Unos síntomas que principalmente suelen ser disnea, falta de aire, y edemas.

Asegura que el proyecto investigador que están a punto de comenzar pretende, entre sus mayores aportaciones, comprobar la utilidad de los biomarcadores para saber en qué enfermos es recomendable pasar por quirófano, y considera clave poder determinar el papel de la grasa epicárdica, un campo en el que indica que “nuestro grupo se va a beneficiar de la investigación desarrollada por Cardiología del Clínico, puesto que es puntero en este tema”.

El estudio pretende definir los parámetros morfológicos y funcionales cardiacos, los biomarcadores de adiposidad cardiaca y el perfil proteómico de grasa epicárdica que predicen una evolución desfavorable en pacientes con insuficiencia tricuspídea de grado superior a moderado o severo. Para ello, se utilizarán diferentes técnicas de imagen cadiaca avanzada, como puede ser el caso de la ecocardiografía 3D.

El jurado del Ramiro Carregal de Investigación en Cardiología destaca por su parte en el fallo la relevancia que se le ha dado en los últimos años al estudio de esta valvulopatía, indicando que “los avances en técnicas de imagen cardiaca avanzada que permiten una mejor valoración del mecanismo y gravedad, y el desarrollo de técnicas de reparación y reemplazo percutáneo de la válvula tricúspide con una menor morbimortalidad han incrementado el interés por esta patología”, según un comunicado difundido por la organización de estos premios.

Galardón dotado con 30.000 euros para el estudio

Bajo el título de Estudio de marcadores pronósticos en la insuficiencia tricuspídea significativa en la era del tratamiento percutáneo: el papel de las técnicas de imagen cardiaca avanzada y la grasa epicárdica, el proyecto científico del equipo de la doctora Amparo Martínez Monzonís recibirá 30.000 euros con el IV Premio Ramiro Carregal de Investigación en Cardiología. Una cuantía que, según explica la cardióloga del Clínico compostelano, se empleará íntegramente para la puesta en marcha de este estudio. El premio será entregado en las próximas semanas en Santiago por el mecenas y empresario Ramiro Carregal, impulsor de unos galardones con los que se pretende reconocer la excelencia en el ámbito de la investigación científica, y que en este apartado estuvieron compuestos por un jurado presidido por el doctor José Ramón González Juanatey, jefe de Cardiología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).