Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Casi la mitad de las madres de las comarcas tienen hijos después de cumplir los 35 años

Representan el 48% del total, casi veinte puntos más que hace solo una década | El 14% de las féminas que dieron a luz lo hicieron con más de 40 años | La natalidad aumentó solo en Lalín, Silleda y Vila de Cruces

La estradense Mónica Couceiro Gañete junto a su hijo de cuatro años, Luka.

La conciliación de la vida laboral y familiar no solo es un handicap para gestionar las tareas cotidianas, sino que hay otros factores como la distancias salariales respecto a los hombres que frena la voluntad de muchas mujeres de ser madres. Esta situación, que se atrasa desde hace tiempo, continúa agudizándose y de hecho incluso el sistema sanitario ha tenido que adaptarse para esta maternidad más tardía. Casi la mitad de las mujeres de las comarcas que tuvieron descendencia durante el año 2020 ya habían cumplido los 35 años, un dato que llama la atención pues este 48% del total contrasta con el 29% que suponía hace solo diez años atrás.

Los datos divulgados por el Instituto Galego de Estatística (IGE), referidos a los nacimientos en función de la edad de la madre nos indican que de los 391 alumbramientos registrados en los nueve concellos de las comarcas, 131 corresponden a mujeres de entre 25 y 39 años. Otros 51 obedecen a féminas con el rango de edad entre 40 y 44 y seis, son bebés de madres que tenían 45 o más años. Sirva como ejemplo que hace diez años las féminas que habían dado a luz superando la barrera de los 45 años suponían solo el 0,2% del total. En consecuencia, la maternidad a las edades más tempranas se reduce considerablemente. Si en el ejercicio 2000 los nacidos con madres que tenían menos de 20 años aglutinaban cuatro de cada diez casos de los 434 nacimientos, ahora no llega ni al uno por ciento. Lo mismo acontece con las que dieron a luz cuando tenían entre 20 y 24 años, que hace una década habían sido casi el 17% y los últimos registros oficiales nos indican que son poco más del 6%. En este período la natalidad solo aumentó en tres concellos de las comarcas: Lalín, Silleda y Vila de Cruces.

Nombres de los bebés

Manuel, José y Antonio eran, en la década de los años 50 del siglo pasado, los nombres más comunes entre los bebés varones dezanos y, Manuel, José y José Manuel, en los nacidos en Tabeirós. Para las niñas: María del Carmen, María Dolores y María Carmen en la primera comarca y María, María Carmen y Carmen en la vecina. En la actualidad ellos son inscritos en el Registro Civil como Mateo, Martín y Hugo y los nombres preferidos por sus progenitores para las niñas son Lara y Noa (en Deza) y Noa, Sara, Carla, Lía o Lucía en Tabeirós.

“Me pensé lo de tener un hijo con 40 pero nunca tuve miedo”

“Mi ginecólogo me dijo que lo extraño ahora mismo era una mujer que fuera madre con 20 años, como tuve yo al primero”

Es madre de Aitor, de 24 años, y de Luka, que tiene cuatro años. El primero lo tuvo con 20 años y el último recién cumplidos los 40. La estradense Mónica Couceiro Gañete cuenta su experiencia maternal.

–¿A qué se debe ese intervalo tan grande de tiempo entre los dos alumbramientos de sus hijos?

–Yo tuve al mayor con 20 años fruto de un matrimonio. Después me separé y hace unos años conocí a otra persona y decidí que quería tener otro hijo con 39 años y con 40 fue cuando lo tuve. Me lo pensé mucho porque con 39 años te da un poco de miedo pero tenía claro que me iba a controlar para que todo fuera bien, como así fue.

–¿Es difícil superar ese miedo?

–No lo creo. Me gustaría comentarte una anécdota porque yo antes de quedarme embarazada fui al ginecólogo y se lo comenté. Le dije que tenía miedo por mis 39 años y el cuerpo no es el mismo. Él lo que me contestó fue que lo extraño ahora mismo era una mujer tuviera un niño con 20 años como tuve yo a mi primer hijo. Lo normal ahora era tenerlo de los 35 en adelante.

–¿A qué achaca la tendencia de tener hijos cada vez más tarde?

–Obviamente lo tengo muy claro. Creo que es por cuestiones laborales, por lo que es conciliación laboral. Básicamente, yo creo que es por eso. O el embarazo te viene de sopetón y entonces ya lo asumes porque lo quieres, o sino si te lo piensas mucho y le das muchas vueltas lo vas posponiendo en el tiempo. Y cuando te das cuenta te encuentras con 39 o 40 años y te entran las dudas razonables.

–¿Se atrevería a tener otro hijo?

–No me atrevería porque no lo quiero en este momento. De todas formas, estar como está ahora mismo el embarazo vigilado y controlado por la ciencia, no tendría miedo a que mi cuerpo no fuera a funcionar o que no pudiera salir bien, sino porque ahora mismo ni siquiera me lo planteo para nada.

–¿Nunca se lo pensó dos veces antes de quedarse embarazada?

–Ya digo que en ningún momento tuve miedo. Era algo que deseaba, que estuve controlada desde el punto de vista de los médicos. Evidentemente, siempre tienes esa duda pero hay que tener en cuenta que algo malo te puede pasar con 20, con 30 o con 40 años.

–¿En su círculo de amistades también hay mujeres que fueron madres a partir de los 30?

–Hay personas cercanas a mi con 37 años y todavía no son madres, aunque en sus planes está el serlo. Cuando tienes un embarazo a partir de los 37 años ya te pasan directamente a los controles rigurosos de hospital. No hay problema.

La maternidad entre las no casadas se dispara

Uno de los cambios sociales más relevantes de los últimos tiempos está relacionado con la situación de las parejas con hijos. Si hace no demasiadas décadas la mayoría de las mujeres que eran madres estaban casadas por cuestiones relativas a sus creencias o, quizá también, por el impacto negativo que tradicionalmente generaba en la sociedad más conservadora tener hijos fuera del matrimonio. El informe autonómico que analiza la evolución de los nacimientos en cada uno de los municipios en función del estado civil de las madres nada se semeja al de años atrás, pero también dista mucho en solamente diez años. Estamos hablando de un período de tiempo relativamente corto y que, sobre todo, semeja que el año 2000 hace nada que lo hemos pasado. En ese ejercicio nacieron en las comarcas un total de 434 bebés, de los que solo medio centenar fueron alumbrados por mujeres no casadas; es decir, el 11% del total. El porcentaje se movía entre el 37% de Agolada, mientras que en Vila de Cruces y Dozón todas las féminas con descendencia ese año estaban unidas legalmente a una pareja. En 2020 constan exactamente 391 nacimientos y los hijos de mujeres no casadas se igualan mucho con las que sí lo están. La diferencia es ínfima, con casi el 49% de las madres que dieron a luz sin estar casadas y el 51% que sí habían superado este trámite administrativo.

391 nacimientos

El porcentaje de féminas por municipios que ese año se decidieron a tener un hijo sin estar unidas legalmente es el siguiente: Lalín (54,6%), Silleda (46,3), Vila de Cruces (51,7), Rodeiro (44,4), Agolada (66,7), Dozón (60), A Estrada (38), Forcarei (58,3) y el 64 por ciento en Cotobade. La relación de nacimientos por concello en el año 2020 se distribuye en: Lalín (119), Silleda (67), Vila de Cruces (29), Rodeiro (9), Agolada (9), Dozón (5), A Estrada (116), Forcarei (12) y 25 en el caso del término municipal de Cerdedo-Cotobade.

Compartir el artículo

stats