Nardo Seijas era un ejemplo de buen humor, paciencia y solidaridad. Son tres de las muchas virtudes que ayer volvieron a recordar los asistentes a una misa en la iglesia parroquial de Silleda, oficiada por José Pérez y a la que acudieron otros cuatro sacerdotes, amigos de Seijas, fallecido el pasado 6 de agosto. La misa formó parte de un homenaje que quiso rendirle la Fundación Amigos de Galicia, una entidad de la que era patrono y con la que colaboró en muchas ocasiones, de forma desinteresada, como indicó el ex presidente de Amigos de Galicia, el silledense Miguel Villar.

Antes del remate de la eucaristía, también tuvo unas palabras para los asistentes una de sus hijas, Patricia Seijas, para agradecer a la fundación este gesto con su padre y, de paso, afirmar que tanto ella como sus hermanas intentarían seguir su ejemplo en esa dedicación a los demás, sin esperar nada a cambio. Pero en el caso de Nardo Seijas, sí hay algo a cambio de ese tan buen carácter a lo largo de su vida: desde su marcha, son continuas las muestras de agradecimiento, amor y apoyo a sus familiares y seres queridos.

Ofrenda floral ante la tumba de Seijas, en el cementerio antiguo de Lalín. Bernabe

Tras la misa en Silleda, la comitiva se trasladó al antiguo cementerio de Lalín para, tras un responso a cargo del cura de Santa Marta en Santiago, el padre José Manuel, realizar una ofrenda floral a cargo del abogado Francisco Lago y del citado Miguel Villar. El recital poético corrió a cargo de Emilio Santasmarinas. El acto en el camposanto fue cerrado por el actual presidente de Amigos de Galicia, mientras que el gaiteiro Plácido Rozas interpretó una pieza de música tradicional. Desde Amigos de Galicia recalcan que “todos los amigos de Nardo lamentan su pérdida tan temprana; es una gran pérdida para toda la sociedad”.