La Fundación Baiuca Verdescente en Silleda lleva tres años recolectando variados productos de huerta con el fin de ayudar a familias con escasos recursos. Dependiendo de la semana, realizan una previsión en función de la cantidad de alimento que pueden recoger. Justo ayer llevaron a cabo una entrega con la que pudieron ayudar a 12 familias, y en la que consiguieron juntar 115 kilos de productos. La entidad busca en todo momento que las bolsas de producto que envían sean variadas para que los beneficiarios puedan consumir un poco de todo, por eso recogen berenjenas, calabacines, cebollas, patatas, tomates, judías, acelgas. Además, también colabora el supermercado Día de A Bandeira que ofrece yogures y la pastelería Arco da Vella que dona cruasanes o pan. La periodicidad de entregas es semanal pero este año la iniciativa se vio retrasada debido a que las huertas también plantaron sus productos tardíamente. La idea central es que esta iniciativa se lleve a cabo desde junio a septiembre.
Colaboran con gente de la zona por un tema de comodidad, pero realmente acogen a cualquier persona que tenga una huerta y se quiera sumar al proyecto. El número de huertas con las que colabora la entidad es una treintena que poco a poco va aumentando a medida que la gente conoce este proyecto. Dependiendo de la semana colaboran en torno a diez. Además, la gente se puede sumar a ser voluntario tanto ayudando en las tareas de recogida de alimentos, como colaborando en la pesa del producto, o mismamente en la realización de otras tareas enfocadas a los distintos proyectos que tienen en vigor. En la actualidad, el perfil que manejan de los voluntarios de las huertas es en su mayoría gente mayor que contacta con la fundación a través de sus hijos o nietos. Por otra parte, los voluntarios de reparto y recogida son predominantemente jóvenes, estudiantes de la zona, que comprenden desde los 16 hasta los 29 años. En la actualidad, hay sobre 50 voluntarios anotados con los que el organismo se pone en contacto, pero esta cifra varía un poco en función de la agenda que tenga cada uno. Lo habitual es que cada semana se reúnan en torno a 5 o 10 personas.
La Fundación solamente se encarga de las huertas, por lo que en realidad no conocen cuantas familias realmente necesitan ayuda dentro de los Servicios Sociales. Ellos se encargan de realizar un cálculo aproximado para establecer el número de familias que pueden cubrir, es una cuantía siempre a la baja, y si por alguna casualidad hay mucho excedente de producto, entonces aumentan el número de ayudas. Por el momento, han llegado a atender a 16 familias y les han permitido esa cantidad así que se prevé que la cantidad de personas que requieran de estos servicios sea incluso mayor. Desde el invierno, esta entidad creó un convenio con el ayuntamiento de Silleda y Vila de Cruces pero ya se plantea la posibilidad de ampliar sus zonas de colaboración próximamente.
Compañía y gastronomía también tienen cabida
La Fundación a parte de colaborar con familias necesitadas, elabora otros proyectos como el Dorotea que realiza actividades con gente mayor de las parroquias. Esta iniciativa se centra en acercarse a los locales sociales de las diversas aldeas, con el fin de ahorrar el traslado de personas mayores a un gran núcleo. Realizan actividades de todo tipo, desde teatro, baile tradicional, pintura, escultura y juegos, para hacer compañía a estas personas. También están desarrollando un recetario público, que una vez creado se entregará a Servicios Sociales para que lo repartan entre las familias con las que colaboran, que tiene como fin enseñar a la gente a manejar los productos frescos que se obtienen de las distintas huertas. Las recetas que formen parte de este libro se pueden enviar a las diversas redes sociales de la entidad y a través de un concurso se elegirán las más sabrosas que se cocinarán con ayuda del chef y se realizará con ellas una degustación.
