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Un millar de jóvenes podrían beneficiarse del carné de conducir de mayores de 16 años

Lalín y A Estrada rondan los 300 vecinos dentro de este rango de edad y en Dozón figura una decena | En las dos comarcas hay 1.029 conductores menos que hace un lustro

Alumnos en una autoescuela lalinense. | // BERNABÉ/ANA AGRA

El anuncio de la Dirección General de Tráfico de implantar en España el carné B1, un permiso para facilitar el acceso a la movilidad eléctrica a los jóvenes desde los 16 años beneficiaría en las dos comarcas a un millar de personas. Este modelo, que en España se aplicaría a partir del próximo año, ya funciona en países como Portugal, Italia, Francia o Reino Unido.

Tomando como referencia los datos de población de edades simples el último censo indica que dentro de este rango de edad existen en Deza y Tabeirós-Montes 986 chavales con el siguiente desglose por municipios: Lalín (297), Silleda (140), Vila de Cruces (53), Rodeiro (27), Agolada (16), Dozón (10), A Estrada (318), Forcarei (45) y 80 en Cerdedo-Cotobade. Estos jóvenes tendrían la posibilidad de manejar un vehículo eléctrico que alcanzaría una velocidad máxima de 90 km/hora. Con algunos flecos todavía por decidir, la formación teórica es uno de ellos, a priori los aspirantes deberían superar un examen teórico con el mismo nivel de exigencias que los del carné B o B1.

En otro orden de cosas, el último censo oficial de conductores de la DGT correspondiente a 2020 indica que en las comarcas hay 45.230 personas con carné, que son exactamente 1.029 menos que hace un lustro. El envejecimiento de la población puede ser una de las razones, pero lo cierto es que el número de vecinos autorizados para llevar un vehículo a motor solo ha aumentado en Lalín y en Silleda en los últimos cinco años. La relación es esta: Lalín totaliza 12.866 (237 más), en Silleda son 6.054 ( 54 más) y Vila de Cruces pierde 234 y mantiene 3.158. En Rodeiro son 118 menos y suma 1.612 y 9 baja Agolada, que totaliza 1.617. En Dozón hay 627 vecinos con carné (28 menos) y 14.271 en A Estrada tras bajar 153. En el núcleo de Cerdedo se contabilizan 588 (131 menos) y en el de Cotobade son 2.069; 534 menos que hace un lustro.

Las autoescuelas se muestran escépticas

Las autoescuelas de la zona, por su parte, se muestran escépticas al respecto del éxito que este nuevo tipo de carnet puede alcanzar, si bien todavía no conocen al detalle cuál será la norma que regulará el proceso de adquisición de este documento. En la capital dezana, Víctor Grande, de Autes, explica que “está todo demasiado en el aire, salió en la prensa pero a nosotros no nos pasaron ningún dato oficial”, además, asegura que “es un tipo de carnet que se podría decir que ya existe, el B1, pero que muy prácticamente no se saca”. Los profesionales de este sector saben que las previsiones para implementar esta nueva variante del permiso de conducir está fijada en 2023, pero aún así, dudan que llegue a materializarse. En la línea de las declaraciones de Víctor, Josefa Miranda, de la autoescuela Auces en A Estrada, cuenta que la mayor limitación a la hora de conseguir matrículas para este permiso sería “las limitaciones en el tipo de vehículo que se podrá conducir. Un automóvil con ese peso, 400 kilogramos, y una velocidad máxima de 90 km/h no es fácil de encontrar. Además de que a muchas familias no les compensa adquirir un vehículo de esas condiciones para usarlo sólo dos años”. A mayores, al no conocer la norma, tanto Miranda como Grande desconocen el tipo de pruebas que los examinado tendrán que pasar, Josefa dice que “si la teórica les sirve para el permiso B aún podría ser rentable, pero si pasa como con el B1, que después tiene que sacarse el teórico para el permiso el normal, no tiene mucho sentido”. Es decir, si se siguen las indicaciones de lo que el Gobierno ha compartido a este respecto hasta el momento, un individuo o su familia, dado que son menores de edad, tendría que pagar la matrícula para sacar este permiso, que le permitiría conducir única y exclusivamente un vehículo eléctrico, con un peso y velocidad máxima determinados, lo que implicaría también comprar ese automóvil, para un uso con vigencia, en principio, de unos dos años. Por todo ello, las autoescuelas de la zona no ven esta medida como una línea de negocio viable para ellas, dado que requeriría la inversión económica de hacerse con un coche de este tipo para realizar las clases prácticas. Sí se plantean, por otro lado, invertir en coches de cambio automático, dado que hasta ahora la mayor parte de la ciudadanía se examina en cuadriciclos con el cambio manual. También ven positiva una mayor regulación de los vehículos de movilidad personal, como el patinete eléctrico.

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