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Más de 3.000 hectáreas abandonadas, idóneas para polígonos agroforestales

Agolada y Forcarei rebasan las 900 hectáreas sin cultivar | Cerdedo-Cotobade activa la primera aldea modelo de las comarcas y de la provincia, en Mouteira

Apertura de la red principal de caminos en la parcelaria de Camba, en Rodeiro, en 2018. | // BERNABÉ/J. LALÍN

El abandono de parcelas por la falta de relevo generacional y, también, por la escasa rentabilidad del agro, es un problema que acucia desde hace décadas a la vecina provincia de Ourense. Por eso concentra tanto la mayoría de aldeas modelo (13 sobre un total de 19) como los dos polígonos agroforestales de Oimbra y Cualedro que, como las aldeas modelo, impulsa la Consellería de Medio Rural.

Participar, alquilar o vender

Ambas iniciativas buscan recuperar tierra abandonada para que vuelva a ser rentable, siempre con el acuerdo previo de sus dueños, que pueden colaborar en el proyecto, vender o alquilar sus terrenos a quien quiera volver a ponerlos a funcionar. Puede parecer que Deza y Tabeirós-Montes, por su actividad ganadera la una y por la producción frutal de la otra, están lejos de ver fincas cubiertas de mato. Pues no es así: en las concentraciones parcelarias de las comarcas, hay 3.015 hectáreas en situación de abandono., es decir, que en más del 50% de su superficie crecen zarzas y tojos. Son zonas preferentes para instalar esos polígonos.

De esas más de 3.000 hectáreas, sorprende la superficie abandonada en dos municipios, Agolada y Forcarei. Cada uno de ellos tiene más de 900 hectáreas de tierra rústica que no está produciendo todo lo que podría. En Agolada hay 41 masas de concentraciones parcelarias abandonadas. Las de Carmoega y Cercio tienen 11,28 y 2,05 hectáreas, mientras que la de Val de Sangorza ocupa ya 18,53 y la de Cadrón es casi residual, con 0,19 hectáreas. Esperante, Facha, Brántega y Merlín cuentan cada una con 3 masas de parcelarias con más del 50% de su superficie yerma. Las tres masas de Esperante suman 45,38 hectáreas, las de Facha, 2,97, la de Merlín alcanza las 51,31 hectáreas y Brántega está en las 61,08. En Borraxeiros se cuentan cuatro masas en estado de abandono, con 87,23 hectáreas en total, y en As Trabancas otras tantas, con 272 hectáreas. Pero la peor situación en Agolada se da en Ferreiroa, con 17 masas o, lo que es lo mismo, 402,31 hectáreas infrautilizadas. Y debemos recordar que Agolada demanda desde hace años parcelarias en la zona norte del municipio, para atender precisamente las demandas de explotaciones.

El listado de Forcarei es más breve: tiene 21 masas a medio producir repartidas entre Forcarei (una masa, de 5,39 hectáreas); Meavía (6, con 434,60 hectáreas); Quintilláns (otras 6, con 282,02) y Pereira (8 masas y 178,56 hectáreas).

Y no abandonamos Tabeirós-Montes. A Estrada sigue la tendencia de Agolada y Forcarei, con alguna concentración parcelaria víctima de la falta de mano de obra en el campo. Tiene, en total, 427,69 hectáreas en estado de abandono, repartidas en 14 masas. Más de la mitad de esa superficie, 261,38 hectáreas, pertenece a tres masas de parcelarias en Codeseda. Nada que ver con otras tres masas de Pardemarín, en las que el abandono afecta a ‘solo’ 37,35 hectáreas. Tanto en Agar como en Vinseiro hay dos masas susceptibles de acoger polígonos agroforestales para que la tierra vuelva a producir. La superficie disponible en Agar es de 24,10 hectáreas, y en Vinseiro, de 49,89. Por último, hay una masa abandonada tanto en A Somoza (de 13,45 hectáreas) como en Cereixo (13,19), Couso (14, 49) y Liripio (13,84).

Para rematar, Cerdedo (segregado de las tierras de Cotobade) cuenta con cuatro masas en parcelarias para polígonos forestales en sus 257,75 hectáreas, todas en la parroquia de Cerdedo. Hay que apuntar que Cerdedo-Cotobade acaba de poner en marcha la primera aldea modelo tanto de la zona como de la provincia. Se ubica en el núcleo de Mouteira, en la parroquia de Parada, y dispone de 19,6 hectáreas, repartidas en 427 parcelas. Las fincas son de 109 propietarios. Tras las labores de limpieza se pondrán a producir a través de Agader. Estas fincas serán incorporadas al Banco de Terras, y sus dueños recibirán una compensación anual por el alquiler.

Lalín y Cruces, las más aprovechadas

En Deza, destacan las 7 masas abandonadas en parcelarias de Rodeiro, con una superficie global de 291,07 hectáreas. Se reparten entre una masa tanto de Camba (85,01 hectáreas) como de Negrelos (21,39), Riobó (1,07), Santa Baia de Camba (107,14, es la más grande) y la de Pescoso (12,59). Hay dos más en Río, que ocupan 63,86 hectáreas.

A partir de aquí, cae, y mucho, la superficie agraria abandonada. Silleda tiene solo 58,47 hectáreas que podrían producir mucho más. Hay 2,24 hectáreas abandonadas en una masa de la parcelaria en Refoxos, 23,19 en otra de Siador y una tercera, de 33,05 hectáreas, en Xestoso. Dozón, el concello más pequeño de Deza, también procura frenar el avance de la maleza. Medio Rural constata 45,21 hectáreas abandonadas, entre las 0,15 de una masa en Sanguiñedo, y las 45,07 de otras dos en As Maceiras. Pero son Vila de Cruces y Lalín las que más provecho sacan a sus terrenos. Cruces tiene 40,23 hectáreas sin producir, entre las 24,48 de una masa de parcelaria en la parroquia del casco urbano, y 15,75 en otra en Sabrexo.

Por último, la cabecera comarcal dezana marca solo 39,65 hectáreas yermas. Están repartidas en cuatro masas, a razón de una por parroquia: la de Camposancos abarca 9,79 hectáreas; la de Galegos, 10,52; la de Losón es la más grande, con 14,79 hectáreas, y la de Val do Carrio ocupa 4,54. Por el momento, no hay ningún proyecto de aldea modelo en trámites para las dos comarcas, al margen de la ya aprobada en Cerdedo-Cotobade.

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