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claudia garcía gonzález nnficha personal | Analista del Grupo Banco Mundial

“En el mundo hay dinero suficiente para poder contribuir a reducir la pobreza”

“En el Banco Mundial intentamos que el sector privado sea el que tire de la economía”

Claudia García González vive y trabaja en Washington desde el pasado mes de marzo.

El Grupo Banco Mundial está conformado por 189 países miembros; su personal proviene de más de 170 países, y tiene más de 130 oficinas en todo el planeta. Constituye una asociación mundial única: las cinco instituciones que lo integran trabajan en la búsqueda de soluciones sostenibles para reducir la pobreza y generar prosperidad compartida en los países en desarrollo. La silledense Claudia García González trabaja en su sede de Washington desde el mes de marzo.

–¿En qué consiste su trabajo en el Grupo Banco Mundial?

–A pesar de que trabajo en el Instituto de Comercio Exterior (ICE) estoy, más o menos, como cedida en la sede del Banco Mundial de Washington porque mi salario lo sigue pagando el ICE. Yo en el Banco Mundial trabajo como analista dentro de una unidad que se dedica a mercados y tecnología. Estoy centrada en los temas de digitalización y, también, de género.

–¿No le parece un objetivo demasiado ambicioso reducir y acabar con la pobreza en el mundo?

–Hay que tener en cuenta que el Grupo Banco Mundial no es una empresa como tal. Se trata de una organización en la que participan muchos países, entre ellos España, que es miembro del Banco Mundial. Tenemos una directora ejecutiva española y todo. Sí que es verdad que se trata de un objetivo muy ambicioso pero el banco lleva haciendo este trabajo desde hace muchos años y sí es cierto que se han conseguido muchos progresos de cara a ese objetivo fundacional. Evidentemente, la idea es seguir trabajando en ese sentido. Mi contribución por el momento es mínima y seguramente también durante muchos años pero, bueno, desde la humildad intentamos un poco conseguir que el sector privado sea el que tire de la parte económica en distintos países del mundo. Es decir, se trata de hacerles llegar un poco de fuerza, estabilidad y salida para que no dependan tanto de organismos públicos y de ayudas.

–¿Cree que ese objetivo fundacional se conseguirá algún día?

–Pienso que hoy en día que en el mundo hay dinero para contribuir a reducir la pobreza que se sufre en muchas partes del planeta. De todas formas, mientras la gente sea egoísta y priorice sus objetivos individuales es una empresa muy difícil de conseguir. De todas formas, hay muchas instituciones y fundaciones que trabajan en ese sentido y, también, hay que destacar que las nuevas generaciones están muy preparadas y entienden perfectamente que todas las personas que leen este periódico, en general, somos gente muy privilegiada sólo por haber nacido dónde nacimos o llegar a tener la oportunidad de estar en dónde estamos ahora mismo. Se trata de darles ese misma oportunidad a más gente y conseguir una igualdad real.

–¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo en

Washington

?

–Lo que más me gusta es que se trata de un aprendizaje constante porque sinceramente aprendo algo nuevo todos los días. El Banco Mundial se esfuerza mucho en darnos formación sobre distintos temas y todos ellos muy interesantes, la verdad. También tengo que decir que somos unos privilegiados los que trabajamos en él porque es muy pionero en varios campos. Además, resulta muy interesante conocer a personas que saben más que tú y que te ayudan a entender mejor los problemas con los que lidiamos a diario y las opciones que hay para intentar solucionarlos.

–¿Se siente, por lo tanto, una privilegiada por tener este trabajos? ¿Espera seguir en Estados Unidos o espera cambiar de aires?

–Es que es muy enriquecedor y siempre tuve la teoría de que, como me gusta tanto estudiar y aprender cosas nuevas, desde luego estoy en el sitio correcto para seguir haciéndolo. En cuanto al futuro, hay que reconocer que en Washington se vive bastante bien pero sí que es cierto que la tierra también me tira. Echo mucho de menos Galicia y si te soy sincera, no me gustaría vivir en otros países a lo largo de mi vida profesional. No me gustaría limitarme a los Estados Unidos. Insisto en que no se vive nada mal aquí pero acabo de regresar de Silleda y tengo que reconocer que la añoro bastante. Ya viví en varias ciudades de los Estados Unidos y sí que es verdad que la etapa que me está tocando vivir en Washington DC es seguramente la más dura de los últimos años, sobre todo por la pandemia mundial que estamos viviendo y que aquí también afecta mucho.

–¿Cuál es el estado actual de la pandemia en la ciudad?

–En Washington DC hay un índice de vacunación bastante alto y más elevado que en otras partes de Estados Unidos. Las vacunas llevan a disposición de cualquiera desde mediados del mes abril. Yo ya llevo vacunada desde el 5 de mayo con la pauta completa y la mayoría de las personas que conozco también están vacunadas. Lo que pasa es que sí que es verdad que en Estados Unidos hay un movimiento bastante fuerte de, no quiero decir negacionismo, pero de duda respecto a la eficacia de las vacunas y eso ha hecho que la vacunación se estancó bastante. Se nota más inseguridad ahora con la variante Delta que hace un par de meses. Eso es así.

“En los Estados Unidos hay un movimiento fuerte de duda sobre la eficacia de la vacuna”

–¿Cómo es la comunidad española de la capital federal? –Tengo que decir que la comunidad es muy grande, donde hay muchos que también están haciendo la beca del ICE en distintos ámbitos y, también, hay un proyecto grande de una empresa española como Ferrovial que tiene a muchos españoles trabajando. Quiero decir con esto que ahora mismo aquí hay una comunidad muy grande de españoles que nos apoyamos mucho unos a otros. Además, la mayoría de la gente que está aquí está de paso incluso los propios norteamericanos y de otras nacionalidades. Yo sí que puedo decir que la ciudad me recibió con los brazos abiertos.

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