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La nueva tarifa eléctrica

¿Planchar la ropa a la hora de planchar la oreja?

Imagen del cuadro eléctrico de un ayuntamiento.

Al que más y al que menos no le llega el momento de regresar a casa después de un día de trabajo. Cruza el umbral deseando reencontrarse con los suyos o entregarse por completo a una sesión de sofá, mantita y esa serie que le hace comerse las uñas. Si no hay tanta suerte, igual le toca preparar la comida para el día siguiente, disponer las cosas para el colegio y tener uno de esos buenos momentos del día viendo cómo sus hijos disfrutan del baño. Después llegará el momento de arrojarse en brazos de Morfeo, con la seguridad de que el despertador volverá a bramar a una hora inoportuna para robarle tiempo al sueño. ¿Quién puede tener ganas de esperar a que el reloj anuncie la medianoche para poner una lavadora o una secadora? La entrada en vigor de las nuevas tarifas eléctricas puede suponer un nuevo varapalo para la conciliación. Ya no basta con que tiemble el bolsillo. Hay que sacar papel y lápiz o abrir una tabla de Excel para que planchar a una hora indebida no suponga, por encima, un lujo.

La Oficina del Consumidor de A Estrada está detectando preocupación entre la ciudadanía por los cambios que puedan experimentar su factura. Primeramente hay que tener en cuenta que los cambios afectan a las tarifas energéticas reguladas, aquellas cuyo precio por kilovatio viene definido por el Gobierno. Al margen quedarían los recibos que se abonan a distribuidoras con un precio previamente acordado entre la empresa y el consumidor, caso de las tarifas planas suscritas por algunos establecimientos y empresas para no llevarse sorpresas a finales de mes.

Cambiar hábitos

Sin embargo, desde la citada oficina estradense, Kim Llobet explica que los usuarios se están viendo en la obligación de adecuar sus hábitos de consumo para no engordar, incluso sin ser conscientes de ello, el recibo. “A veces las ingenierías responsables de este tipo de cosas no están en la calle. Se obliga a esperar hasta las doce de la noche para poner la lavadora, la secadora o la plancha. Está bastante lejos de lo que es la conciliación familiar”, apuntó Llobet. “La parte positiva es que todo el fin de semana vas a tener la factura más barata”, añadió, si bien no dejó de ironizar con que el fin de semana, en lugar de dedicase al disfrute, habrá que afrontar la colada atrasada de toda la semana.

Conviene tomar nota de los cambios que comporta la nueva tarifa eléctrica, cuya principal novedad es que viene definida por tres períodos horarios en los que el coste de la energía sería mayor o menor dependiendo de la hora del día y del día de la semana en la que se realice el consumo. Valle, llanura y pico. En función de donde nos movamos, el precio es directamente proporcional a la hipotética altura. En el período valle –de lunes a viernes desde la medianoche hasta las ocho de la mañana– el consumo tiene la tarifa asociada más baja. En la llanura se produciría el precio intermedio. Su horario: de 08.00 a 10.00, de 14.00 a 18.00 y desde las 22.00 horas hasta medianoche. El intervalo en el que enchufar sale más caro –la hora punta– sería de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00. Sábados, domingos y festivos nacionales hay barra libre, sin tener que preocuparse de a qué hora resulta más caro encender la luz

Plante al contador

A muchos consumidores la nueva tarifa les ha sentado como un jarro de agua fría. Y es que las horas punta coinciden con momentos en los que se realizan muchas tareas domésticas, desde las labores de limpieza a la preparación del almuerzo y la cena, además de ajustarse con horarios en los que se hace mucha vida en el hogar. Tanto es así que entre los consumidores de Deza y Tabeirós-Terra de Montes circuló ayer una convocatoria a través de las redes sociales para realizar un plante al contador mañana lunes. “El día 7 de junio de 10.00 a 10.15 de la mañana los contadores abajo, por 15 minutos no se estropea nada de la nevera ni del congelador, pero a las compañías eléctricas les hace mucha pupa”, proponen estos mensajes. “No más abusos contra la ciudadanía; la luz no es un capricho, es de primera necesidad”, sostienen.

“Hay mucha preocupación porque la gente no acaba de entender las cosas en una factura con la que, ya de por sí, la gente se lía”, apunta Kim Llobet. Reconoció que ahora se posibilita tener dos potencias contratadas, una para los momentos con tarifa más baja y otra para aquel horario en los que la energía tiene un coste más elevado.

Llamadas al consumidor

Por otro lado, desde la Oficina del Consumidor de A Estrada se alerta de que vecinos del municipio están recibiendo llamadas de empresas de Madrid asegurándoles que su factura eléctrica es muy elevada. “Algunos le plantaron cara y les preguntaron de qué empresa son y por qué tienen conocimiento de que su factura es elevada”, indica la responsable del servicio. “Antes de tomar una decisión así, reflexión. Este tipo de contratos tienen una vinculación, como si fuese una permanencia, y luego tienes la obligación legal de estar en él el tiempo establecido. Es gente que no sabe tu consumo ni con qué compañía estás, así que recomendamos escuchar pero no tomar la iniciativa en ese momento”, recomendó.

Mohamad Hassan y Patricia Alamancos, con sus hijas Salma, Noor, Marua, Amira y Zahara.

“Las lavadoras de nuestro edificio están a ‘full’, desde medianoche se escuchan bastantes”

Mohamad Hassan y Patricia Alamancos viven en un piso de Silleda con cuatro de sus cinco hijas, así que lo habitual es que la familia ponga dos lavadoras diarias. Si hace mal tiempo, hay que recurrir también a la secadora. Con la entrada en vigor de las nuevas tarifas de la luz, en base a tres tramos horarios, “ahora dejo programada una lavadora por la noche", explica Patricia, que no está dispuesta a aprovechar las horas valle (desde la medianoche a las ocho de la mañana, de lunes a viernes) para levantarse de madrugada, tender y poner otra lavadora.

Y es que justo los tramos más caros coinciden con una mayor actividad en cualquier familia. Y recordemos que el uso de cualquier electrodoméstico de madrugada puede generar problemas entre los vecinos, por los ruidos. En el caso de esta familia, “acabamos de cambiar la lavadora y apenas se escucha. Eso sí, nuestra habitación da a las cocinas de los demás pisos, y desde medianoche se escuchan bastantes. Están a full”. Y es que justo los tramos más caros (de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 22.00, de lunes a viernes), coinciden con las comidas, las cenas y la mayor actividad en cualquier familia como esta de Silleda. Justo en esas horas sus hijas aprovechan para estudiar, ducharse o secarse el pelo. No se notará tanto a la hora de preparar las comidas, “porque tengo gas en lugar de vitrocerámica”. Eso sí, la bombona también subió en mayo hasta un máximo de 14,6 euros, el precio más alto desde noviembre de 2018, cuando rebasó los 15. Patricia tiene la mirada puesta ya en los meses de invierno, cuando los días van a ser bastante más cortos y habrá que usar más la secadora para tener la colada a punto. Y aquí hay otra traba: si una vivienda tiene contratada poca potencia, no podrá usar a la vez la secadora y la lavadora, o ésta y el lavavajillas. ¿La solución? O se usa solo un electrodoméstico, o se contrata más potencia y, por tanto, se paga más en la factura. “Estamos pensando en coger una estufa de pellets” para poder controlar el gasto eléctrico.

Desde ya, en esta familia usa la plancha lo justo, ya que pasar por ser uno de los electrodomésticos más caros. “Ahora plancho lo mínimo indispensable”, apunta. La familia ha hecho cálculos y estima que con la nueva factura de la luz, va a pagar el doble de lo que tiene que abonar en la actualidad. Está realizando trámites para cambiar de compañía y poder echar mano del bono social. Patricia no es la primera, ni será la última persona, que caiga en la paradoja de la excelente producción de energía renovable de Galicia y lo poco que repercute en la factura.

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