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manuel isorna folgar nn | Doctor en Psicología experto en drogodependencias y conductas adictivas

“Las menores de 24 años fuman más y consumen más alcohol que los hombres

“¿Cómo es posible que hoy la gente piense que consumir cannabis es terapéutico?”

El Salón Teatro de Lalín acogió ayer la tercera charla del programa de actividades de la Escola de Familia “Máis que un teito. A familia como motor de cambio”. El psicólogo Manuel Isorna ofreció una conferencia coloquio centrada en el consumo de drogas en menores.

–¿A qué edad empiezan ahora los menores a consumir drogas?

–Cada año se va reduciendo la media de edad de inicio pero el problema ya no es que se consuma antes, sino el patrón de consumo. Se consume antes, en mayores cantidades con términos nuevos como es el consumo por atracón, y también más días. Es decir, aumentaron la cantidad y la frecuencia, y disminuyó la edad de consumo. Peor no se puedo haber hecho.

–En anteriores generaciones se apelaba a la falta de información para justificar el consumo. Los chavales de ahora se supone que están mucho más enterados, ¿no?

–Están súper informados a través de internet, de los influencers, de las series de televisión y de los videojuegos. En el colegio todavía a día de hoy se sigue sin hacer absolutamente nada y todo está en función de la buena voluntad de los equipos directivos y tutores. Buena parte de los padres están a que no quieren interesarse con el asunto. Nuestros hijos tienen ahora tres manos porque una de ellas es el móvil. Pasan mucho tiempo solos delante de las redes sociales, de la televisión y demás. Ahí está la industria que les enseña a vapear porque les muestran a sus ídolos haciéndolo. ¿Cómo es posible que a día de hoy la gente siga pensando que consumir cannabis es terapéutico? Porque la industria lleva años invirtiendo en todo eso. Los padres no nos enteramos y los políticos, ¿qué te voy a contar quiénes son?

–¿Las chicas siguen siendo más responsables que los chavales?

–Para nada. A partir de los años 80-90 la industria descubre que el 50 por ciento de la población no consumía y la primera droga que se facilitó para igualar los sexos fue el tabaco. Luego descubrieron que esto de venderles ponche y anís no captaba a una parte importante de la juventud y entonces aparecieron el “Tía María” y la crema de whisky. Hoy en día, las chicas de menos de 24 años fuman más y consumen más alcohol que los hombres. A nivel biológico tienen menos peso por lo que la cantidad de alcohol y la drogas se concentran más y no se diluyen tanto. Además, está el asunto hormonal que las hacen más vulnerables a los efectos de las drogas. Otro gran problema es que las mujeres que tienen pareja que fuman o se drogan, aunque estén embarazadas, tienen más probabilidades de consumir drogas.

–¿No hay ninguna diferencia entre sexos en este asunto?

–La única diferencia está en las drogas ilegales. Tanto en cannabis como en cocaína están un poquito por debajo de los hombres. Esto se explica porque para conseguir una droga ilegal tienes que moverte en ambientes con mucha violencia. La opción que tienen estas chicas es liarse con tíos consumidores.

–A pesar de todo estos datos, ¿se puede ser optimista al respecto?

–Yo soy muy optimista. Realmente hay un país que nos dicta el camino a seguir. Existe un modelo y un cambio de paradigma que no tiene nada que ver con lo que estamos haciendo a nivel de Galicia, España y el resto de Europa. Me refiero a Islandia. Es un modelo que se conoce, que está evaluado y con sus diferencias incluso se puede extrapolar al cien por cien a España, Galicia y Lalín. La cuestión es darlo a conocer y en eso los medios de comunicación jugáis un papel importante y, sobre todo, los políticos tienen que ser valientes para implementar este modelo y, además, la sociedad tiene que demandarlo.

–¿La simbiosis entre el centro escolar y el núcleo familiar tiene que ser algo imprescindible?

–Por supuesto. Tiene que ser algo constante. Pero es que, volviendo al asunto del método islandés, no me quería olvidar de otra cuestión no menos importante. No se trata de pasar tiempo de calidad con los hijos, esto no es que yo llego por la noche y le leo un cuento. Usted tiene que pasa mucho tiempo con sus hijos. De la cantidad sale la calidad, es decir lo que no puede ser es que el domingo su hijo esté durmiendo hasta las tres de la tarde y usted está a otras cosas. Los domingos habrá que hacer actividades para pasar en familia y, también, a nivel comunitario para que las familias estén juntas, se hablen y como digo yo siempre, si tú pasas con tu hijo tres horas, al final te acabas enterando de cosas. Otra medida es que todos los adolescentes de Islandia, una de dos, o realizan actividades deportivas o culturales. No pueden pasar toda la tarde detrás de un móvil esperando a que les den “likes”. La clave está en una interacción cara a cara con una buen autoestima.

–¿Cuál es la clave del éxito del modelo islandés?

–Se trata de un modelo basado en una decena de medidas. Una de ellas, por ejemplo, es la importancia de la formación de las familias. Los colegios no deben de ser nunca un aparca-niños. Tiene que haber una vinculación directa con el centro escolar, saber lo que se está haciendo y qué se está tratando. Evidentemente, todo pasa también por la educación. La familia que saber lo que es un castigo, un refuerzo, cómo dominar las distintas técnicas que se utilizan en el colegio y, por lo tanto, usted tiene que formarse. Esto se está viendo en Lalín. ¿Tú crees que se puede consentir que organices una charla como la mía y que ni siquiera venga el 2 por ciento de las familias del pueblo? Usted tiene que formarse ocho veces al año en una formación reglada que se imparte en el propio centro escolar.

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