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olga garcía viana | Directora de salón de belleza

“Pienso que un buen aspecto externo repercute de forma positiva en la mente”

Olga García posa en el interior remozado de su local de la calle Antonia Ferrín de Lalín. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

“Olga Belleza” es un centro avanzado de estética integral dotado de la tecnología más novedosa, con el único objetivo de ayudar a mujeres y hombres “a que se sientan bien con su cuerpo”, explica su responsable, la lalinense de Donramiro Olga García Viana. El establecimiento del número 7 la calle Antonia Ferrín de la cabecera comarcal dezana celebra este año sus bodas de plata y lo hace con una importante remodelación. Su directora no para de atender a una ingente clientela dispuesta a ponerle buena cara a la actual situación sanitaria.

–Viendo su apuesta, es evidente que incluso en plena pandemia hay negocios que siguen adelante contra viento y marea, ¿no?

–Tengo que decir que cuando abría hace ahora 25 años ya era un año de crisis. Recuerdo que fue una temporada de crisis durísima, era primavera y, bueno, aquí estamos 25 años después con la misma ilusión y las mismas ganas que entonces.

–¿Cómo espera que sea el futuro a partir de ahora en un salón de belleza con tanta solera?

–Como te decía, vamos a por todas. En esta profesión, como en tantas otras, vivimos en una constate evolución y renovación, que en mi caso ha sido en positivo. Es algo que durante estos 25 años he querido mantener en todo momento. Todo empezó en un local alquilado, luego atendí ya en mi propio local, y si no recuerdo mal esta es ya la cuarta reforma que pongo en marcha en el centro de belleza. Como ves no he parado desde aquellos primeros años y desde luego pienso seguir así..

–¿Cómo ha conseguido capear tan bien esta situación actual?

–Afortunadamente, tengo una clientela muy fiel desde hace muchísimos años que no solamente busca asesoramiento mediante tratamientos estéticos, sino también un apoyo a nivel personal. Me refiero que les aportamos positivismo y buena energía, tan necesarias siempre, pero ahora mucho más.

–¿Dónde está la clave para conseguir esa fidelización tan longeva de sus clientes?

–Supongo que ellos lo podrían contar mejor que yo pero sí estoy muy orgullosa de poder ofrecer un espacio donde poder relajarse, sentirse queridos, mimados y atendidos y donde, en especial, pueden cubrir sus necesidades estéticas. Soy de las que pienso que una belleza exterior siempre tiene su traducción en el interior de la gente.

–¿Funcionan los tratamientos de cabina para hombres del mismo modo que sucede con los que se utiliza en el caso femenino?

–Muy bien, la verdad. Es una cabina especialmente diseñada para la atención del público masculino. Se trata de un servicio cada vez más demandado y de hecho lo incorporamos dentro de esa constante evolución de la que te hablaba y, también, de la presión por parte de los hombres que cada vez más se preocupan por su cuerpo. Durante un tiempo lo estuvieron reclamando y terminamos ofreciendo estos tratamientos por razones obvias. Cada vez la clientela te muestra más inquietud estética y eso ya no es exclusivo de las mujeres.

–¿En qué se distinguirá esta nueva etapa de Olga Belleza con respecto a las anteriores reformas?

–A mi me gustaría pensar que mi clientela se lo va a tomar como un regalo después de tantos años confiando en un centro como este. Sin todos ellos sería imposible haber crecido profesionalmente. Además, y volviendo al momento en el que nos encontramos, tengo que recordar que en nuestro caso todas estas medidas higiénicas adoptadas no nos pillan de sorpresa porque siempre hemos trabajado con mascarilla o realizando desinfección con productos químicos. A nosotros esto nos cogió muy prevenidos y como digo acostumbrados.

–¿Hasta qué punto es importante mantener una buena presencia también en épocas como esta?

–Yo creo que hace mucho bien, sinceramente. Si la gente se encuentra bien físicamente, eso repercute también de forma positiva en su mente. Además, con el paso de los años se han mejorado las distintas técnicas estéticas, a lo que me he tenido que ir adaptando yo también, sin olvidar lo tradicional que en este tipo de trabajo nunca se ha dejado de lado después de comprobar su eficacia. Como sucede en tantas cosas, en belleza lo moderno no está reñido con lo clásico.

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