Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

alicia louzao nn | Ganadora del VIII Premio Internacional de Poesía Jovellanos

“Vilatuxe fue mi refugio de niña porque lo pasaba mal con mis amistades de Ferrol”

“Utilizo el apellido de mi madre porque me siento muy arraigada a la tierra dezana”

Alicia Louzao posa en la madrileña plaza del Callao.

Alicia Louzao (Ferrol, 1987) ha escrito el Mejor Poema del Mundo. “La tierra de los fracasados”, con el que ha concurrido al VIII Premio Internacional de Poesía Jovellanos, ha sido seleccionado entre 2.669 candidaturas por un jurado que ha valorado sus “versículos de aliento bíblico y alucinatorio con imágenes muy impactantes y una originalísima mezcla entre elementos oníricos y cierto prosaísmo costumbrista”. La escritora galardonada tiene a parte de su familia en la parroquia lalinense de Vilatuxe.

–¿Es cierto que antepuso el apellido de su madre como reconocimiento a sus raíces dezanas”

–Es cierto. Yo no sé si ese pazo es muy conocido pero mis familiares Louzao son los que tienen esa construcción en Vilatuxe, y por eso utilizo ese apellido, que es el de mi madre. Así que, se puede decir que me siento muy arraigada a esa tierra de Vilatuxe, de la que conservo muy gratos recuerdo, sobre todo de cuando era muy niña.

–¿Suele visitar a su familia lalinense desde que se ha trasladado a vivir a la capital de España?

–En Navidad y en verano sí que voy por allí. Mi madre se apellida Iglesias Louzao y como te digo mi bisabuela tiene allí una casa muy grande porque mi familia pertenece a la nobleza rural gallega. Como te decía antes, me permití la licencia de coger el segundo apellido de mi madre porque me parece precioso y porque creo que es lo que mejor resume esa raíz de lo que es mi familia. Ahora tengo allí a mi tía y a mis primos, sus hijos, aunque también hay primos segundos y demás.

–¿Cuándo fue la última vez que pudo estar con todos ellos?

–Pues, mira, con esto del confinamiento y la pandemia, la última vez que estuve fue el año pasado. Aproveché para acercarme hasta Lalín para poder estar con todos ellos porque siempre me ha gustado volver al lugar de donde son mis antepasados de la familia.

–¿Hay algo de esas raíces en su poema galardonado en Asturias?

–Tengo que decir que de Vilatuxe hay mucho en “El circo volador”, que fue mi segundo poemario publicado el año pasado. Ahí hay mucho de ese lugar porque ten en cuenta de que yo mi infancia toda la pasé allí, en casa de mis abuelos. Para mi Vilatuxe era un refugio porque no lo pasaba muy bien con las amistades que tenía en Ferrol de niña porque era algo que me agotaba bastante. Recuerdo que de pequeña me gustaba muchísimo la tranquilidad que era poder estar en Vilatuxe, en una casa tan grande como era esa, con su finca gigantesca. Además, de niño todo lo ves y lo percibes mucho más grande porque a esas edades es todo diferente en lo que a tamaños se refiere, claro.

–¿Diría que esas estancias dezanas le forjaron su personalidad?

–Supongo que sí. Yo iba feliz con mi hermano y con mis padres, y allí me pasaba a lo mejor los dos meses de verano y las Navidades, y eso por supuesto era algo muy tuyo. Y volviendo a lo del apellido, también es el primero de mi abuela, así que algo de homenaje también hay ahí.

–¿Se conserva en buen estado la casa familiar de los Louzao?

–Según me contó mi madre, la casa se puede visitar. Está en Outeiro y, como digo, mi madre me comentó que se puede avisar a algún primo para poder visitarlo. La verdad es que ahora hace mucho que no voy precisamente allí, pero que yo sepa le pertenece a uno de mis primos, que es el que se encarga de atender a los visitantes. Además, mi tía Mariví, la hermana de mi madre, está en Vilatuxe y hablamos muy a menudo. Me pasa lo mismo con mi prima Fátima, que por cierto me felicitó ayer (por el lunes) en cuanto se enteró de lo del premio. Y en Vigo, también, tengo a otras tías con las que hablo con frecuencia. Se puede decir que tengo a la familia desperdigada por toda la provincia de Pontevedra. Los únicos que están en A Coruña son mis padres, que es la provincia donde nací y crecí, y donde estudié el Bachillerato y la Secundaria. De todas formas, siempre digo que mi familia de origen es de Lalín, en Pontevedra.

–Se suele decir que los premios son el fruto y el reconocimiento a una labor. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?

–Yo sólo te puedo decir que hay mucho trabajo detrás y es una suerte que alguien te pueda leer y se fije en lo que haces. Por supuesto, tengo que estar muy agradecida por todo lo que me está pasando en estos días porque ya digo que no me lo esperaba. También es verdad que procedo de una familia muy lectora porque, por ejemplo, la casa de mis padres tiene tres habitaciones llenas de libros e incluso mis abuelos de Vilatuxe también eran grandes lectores. Así que, supongo que estaba predestinada a que la literatura formase parte de mi vida. Me gustaría que este premio sirviese para que alguien se fijase en mi trabajo y poder publicar también en gallego, algo que me apetece.

“El premio es como un sueño; no lo esperaba”

–¿Cómo lleva eso de ser la autora del Mejor Poema del Mundo, según los expertos” –Tengo que reconocer que un poco abrumada he estado desde que se supo el fallo del jurado. Sobre todo porque me lo esperaba en absoluto. Sí tengo que reconocer que es algo maravilloso y es como un sueño para mi. El domingo por la noche sólo dormí una hora por la noche porque no fui capaz de conciliar el sueño. De hecho, vine al instituto donde doy clase totalmente dormida porque cuesta asimilar algo así, la verdad. Todavía lo tienes que asimilar y a veces cuando te sientas y piensas en lo que te ha pasado, pues te parece increíble todo esto.

Compartir el artículo

stats