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El caballerizo del sultán

El estradense Santiago Fuentes es el entrenador de los caballos del príncipe Salman Bin Faisal de Arabia Saudí

Santiago Fuentes, en un acto reciente en Arabia Saudí

La historia de Santiago Fuentes comienza siendo todavía un niño en Vea y termina en Arabia Saudí. Entre uno y otro punto hay un relato de pasión, valentía y sacrificio personal. El estradense vuela de uno a otro punto del planeta sin límites temporales al hablar de todo lo que ha vivido y se muestra sereno y confiado al pensar en lo que todavía tiene por delante. Por ese relato se cuelan sultanes, familia, amigos y caballos, muchos caballos, esos que un día le robaron el corazón y le hicieron dejarlo todo atrás para buscar su sueño.

Fuentes nos atiende desde Arabia Saudí. Tenemos suerte de encontrarlo en un día de calma en medio de la apretada agenda que escribe su cargo de responsabilidad. “Hago de entrenador, de presentador, de manager, de barbero y casi de doctor”, nos explica un hombre que tiene a su cargo a los cincuenta caballos que forman parte de la finca de un príncipe sultán de nombre interminable que comienza por Salman Bin Faisal. “Están repartidos en dos finca a una hora de distancia y trabajo casi todos los días de sol a sol. En estos meses he ido creando sin embargo un buen equipo, con chavales que tienen ganas de aprender, y aprovecho todo lo que he aprendido a lo largo de estos años”.

Santiago Fuentes, en un reciente acto de trabajo en Arabia Saudí |

El estradense debe vivir bajo la dirección del sultán y su hermano, ambos con una gran pasión por los caballos, aunque también ha tenido que lidiar con ellos para crear las mejores condiciones de trabajo. “Llevan toda la vida criando caballos pero hay muchas cosas que no saben. Pueden gastarse 150.000 euros en caballos pero no 2.000 para tener una máquina indispensable. Son cosas que poco a poco van viendo. Lo bueno es que me hacen caso y me dan todo lo que les pido”, explica. “La mayor parte de estos caballos vienen de Bélgica, Mallorca, Alemania... son buenos caballos pero a veces también los timan con los precios”.

La parte que más disfruta Santiago Fuentes es la de los concursos. “Lo más bonito son los espectáculos. Yo me encargo de prepararlos y presentarlos. Mi trabajo antes es que los caballos estén musculosos y bonitos. Una vez sales, el caballo debe tener carisma y trotar, no galopar. En ocasiones se ponen nerviosos por el ruido, así que tienes que saber llevarlos bien”, relata.

El estradense, durante una presentación de caballo.

El camino de Fuentes hasta Arabia Saudí comenzó en el año 2014. Tras finalizar su etapa como becario en el departamento de Medio Rural del Concello de A Estrada decidió trasladarse a Mallorca para aprender en la Ganadería Ses Planes de Marieta Salas. Su siguiente destino fue Bélgica, donde pasó dos años y ocho meses, antes de marcharse durante un mes a Estados Unidos y regresar a Alemania. Tras el salto a los Emiratos Árabes en 2018, donde estuvo hasta hace unos meses, le llegó la oferta desde Arabia Saudí. En todo este tiempo, el estradense ha ido aprendiendo el oficio como ayudante de respetados profesionales y haciéndose un nombre en el mundillo. “Me siento un afortunado, aunque nadie me regaló nada. Hubo un día en el que soñé con esto y lo terminé logrando. Por el camino el sueño también trajo pesadillas pero siempre me levanté y me fui haciendo más fuerte”, argumentó.

Un pasión por los caballos desde muy pequeño

El estradense, en un concurso celebrado en A Estrada.

Santiago Fuentes recuerda que su pasión por los caballos le vino desde muy pequeño, a pesar de que en su casa nunca tuvieron uno. Fue su abuelo el que, ante tanta insistencia, apareció un día con una yegua, “Cuca”. “Nos peleábamos por ella así que al final mis padres decidieron comprar otra”, recuerda el estradense, por aquel entonces con solo nueve años. Así fue como “Furia” llegó a casa. Fuentes sin embargo reconoce que el destino de ese caballo lo marcó para siempre. “Una vez que yo iba con él lo atropelló un coche y tuvimos que ponerle la inyección”.

Ese día decidió que seguiría criando caballos y que sería veterinario. El estradense se enamoró entonces de los caballos de raza árabe y no paró hasta tener uno en casa. Menos suerte tuvo con la carrera de veterinario, quedándose fuera del corte por muy poco. Como alternativa se formó Ingeniero Técnico Agrícola, aunque fue un trabajo que nunca le gustó y que pronto dejó para dedicarse a su sueño. Fuentes agradeció el apoyo que siempre recibió por parte de toda su familia, desde sus primeros pasos hasta hoy en día.

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