La petición de Sonia Carlota Torres y Javier Agrelo recorrió rápidamente las redes sociales. El martes día 4 de febrero su perro Coco, un cruce de labrador y fox terrier, no volvió a casa del habitual paseo que solía dar por la aldea de Santo Tomé de Ancorados. A partir de ahí comenzó una larga búsqueda en la que encontraron la respuesta de un gran número de personas. Entre diferentes pistas e incluso la aparición de un perro abandonado idéntico a Coco que llegaron a llevarse casa, Javier y Sonia fueron perdiendo la esperanza de encontrar a su joven perro de dos años. Sin embargo, el pasado domingo, ambos recibieron lo que calificaron como “el mejor regalo de San Valentín”, el regreso de Coco a casa tras un largo viaje.

El perro apareció escondido en una finca situada en la parroquia de Santeles, muy cerca ya de Cora, lo que implica que durante los diez días que estuvo perdido recorrió en torno a catorce kilómetros. Coco mostraba en su cuerpo consecuencias de su largo viaje. Había perdido cerca de siete kilos y al perro que antes de perderse pesaba 26 kilos se le notaban ahora las costillas. Lo peor era sin embargo su agotamiento, que lo había llevado a esconderse en una finca de hierba alta durante varios días.

Fue un vecino de la zona el primero en verlo el sábado día 13. Su comportamiento huidizo y el no reconocerlo llamaron su atención y se lo contó a su hijo. Al día siguiente este se acercó al lugar y lo encontró escondido. En este caso sin embargo, reconoció al perro cuya imagen había visto los días anteriores recorriendo las redes sociales y se puso en contacto con sus dueños.

Curiosamente, la llamada recibida desde Santeles no fue la primera que llegó a Javier y Sonia. Seis días apareció en las redes sociales un perro idéntico a Coco que había sido encontrado vagando sin rumbo. Varias personas los alertaron y acudieron a recogerlo. Con la emoción de reencontrarlo lo metieron en el coche y lo llevaron a casa, donde se dieron cuenta que no era su perro. Aparentemente era idéntico pero un poco más grande de tamaño. Al día siguiente lo llevaron al veterinario para mirar si tenía chip como Coco pero no era así. Al final, consiguieron encontrar al dueño de este perro tan parecido al suyo, pero su búsqueda tuvo que reiniciarse.

Los dueños de Coco agradecen la ayuda recibida a lo largo de estos diez duros días. Reconocen que el paso del tiempo les hizo perder la esperanza de encontrarlo, tanto por falta de alimento como por la presencia de lobos en la zona en los últimos días.

El “Se busca” aprovecha las redes sociales

En el caso de Coco, las redes sociales jugaron un papel clave a la hora de localizarlo. Este método está siendo el más utilizado en la zona para intentar encontrar animales perdidos o también para localizar a los dueños de perros encontrados en la calle. Estos anuncios pueden realizarse a nivel individual o bien a través de las dos asociaciones que atienden casos de este tipo en A Estrada. Una de ellas es Palleiráns, que cuenta con un perfil en Facebook donde casi cada día se pueden encontrar anuncios sobre perros perdidos o aparecidos. En algunos casos también se comparten gatos. Otro perfil muy conocido es el de Perros perdidos o abandonados en A Estrada-Perricán. En el caso de Coco, sus dueños pusieron anuncios en ambos perfiles, lo que ayudó a que su búsqueda alcanzase a un gran número de vecinos a través de las redes sociales.

Razas con más o menos posibilidades

Uno de los factores que más desanimaba a sus dueños a la hora de mantener la esperanza de que Coco apareciese con vida después de tantos días perdido por los montes de la zona, es su raza. Se trata de un cruce de labrador y fox terrier, una mezcla que lo convierte por herencia en un perro tímido y poco dado a los enfrentamientos. Así se lo explicó el veterinario a los preocupados dueños. Otros perros como los pastores o mastines, además de los perros de caza, suelen adaptarse mejor a la vida en el monte y, si es necesario, no dudan en acercarse a casas en busca de alimento.