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Drama en las carreteras y en el ámbito laboral

Los dos últimos meses del pasado año concentran la mitad de los seis muertos en accidentes de circulación en las dos comarcas | Otros cuatro fallecimientos estuvieron relacionados con siniestros en lugares de trabajo

El exedil agoladés Alberto Vilariño fue arrollado cuando paseaba en bicicleta por Trabancas. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Un empleado forestal murió el pasado octubre al caerle encima un árbol en Tabeirós. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

El pasado diciembre y noviembre fueron los meses más dramáticos del año en las carreteras de las comarcas al cobrarse, en este período, la mitad de los seis muertos de todo 2020.. A punto de cerrarse el ejercicio, el pasado día 30 fallecía en el hospital Clínico de Santiago la lalinense Eva Breijo Vidal a los 51 años de edad. La mujer, de una familia muy conocida de la cabecera comarcal dezana, había sufrido un accidente en la vía que comunica Botos con Vilatuxe, a la altura de Soutolongo y permaneció hospitalizada durante una semana sin que los servicios médicos pudiesen hacer nada por salvar su vida. En el balance de los seis fallecidos –uno más que en 2019– en las vías de comunicación de Deza y Tabeirós-Montes se incluyen las dos personas fallecidas en sendos atropellos

Precisamente, en una cronología inversa, la segunda víctima de 2020 se registró también hace ahora un mes. María Iglesias, de 90 años de edad, perdía la vida el 1 de diciembre tras ser arrollada por un turismo mientras cruzaba la PO-533 a la altura de Rodelas (Lalín). El suceso, según los servicios de emergencias, pudo haberse debido a que la víctima cruzó la calzada sin mirar y fue alcanzada por un Volkswagen Golf conducido por una joven de 31 años, que tuvo que ser auxiliada por los facultativos en el lugar del accidente al sufrir una crisis nerviosa debido a la experiencia que acababa de vivir. La fallecida tenía tres hijos, uno de ellos propietario de una empresa de albañilería.

Uno de los sucesos que más conmocionó a las comarcas se produjo el 17 de noviembre en Agolada. El exedil de Cultura de esta localidad fallecía tras ser arrollado por un camión mientras daba un paseo en bicicleta por la N-640 a la altura de Trabancas. Conocido como Torreiro, tenía 44 años y era una persona muy querida en Agolada por su vocación de servicio público. Una persona dio la voz de alarma al ver un cuerpo tendido sobre la cuneta de la vía en sentido Lugo y poco después se movilizaron servicios médicos en un operativo coordinado por la Guardia Civil de Tráfico en el incluso fue requerido el envío de un helicóptero, pero Vilariño pereció a consecuencia del impacto del vehículo que lo había arrollado. Ese mismo día la Guardia Civil abrió una investigación para tratar de localizar al conductor de un camión de la marca DAF. Al día siguiente era detenido un chófer de la empresa lalinense Frigodeza como supuesto autor del atropello y la compañía se puso a disposición de las fuerzas de seguridad para arrojar luz al caso. El camionero, un lalinense de 49 años, quedó en libertad con cargos, investigado por posibles delitos de homicidio por imprudencia y omisión de socorro.

Un motorista de Marín de 29 años fue otra víctima de las carreteras de las comarcas. En este caso el siniestro se produjo el 6 de septiembre cuando, por causas que se desconocen, el fallecido se salió de la vía y chocó con su moto contra un poste en la N-541 a su paso por la parroquia de Pedre (Cerdedo-Cotobade).

En un año con confinamiento domiciliario y limitación de desplazamientos, otro accidente con resultado dramático se produjo el 21 de abril. Ángel López Fernández, de 30 años y vecino de A Barrela, en Carballedo (Lugo) moría casi de madrugada al salirse de la vía con su vehículo en la PO-533 a su paso por el Alto do Faro en dirección Lalín, pero dentro del territorio Rodeirense. El vicepresidente del Tecor Farelo de Agolada, localidad a la que estaba muy vinculado, se dirigía a casa de sus abuelos, en Ventosa, y acabó empotrando su turismo contra el muro de una casa al no poder esquivar a un jabalí en medio de la calzada.

La primera víctima de las carreteras de la zona se registró el 15 de febrero en Cumeiro (Vila de Cruces). Un varón del núcleo urbano de esta localidad perecía en el acto tras chocar con su furgoneta contra otro turismo. Junto a la víctima viajaba un hijo suyo, de 14 años, que resultó herido.

El pasado 2020 también se recordará por los hasta cuatro fallecidos en accidentes laborales, una cifra inusual pues en los diez años anteriores habían sido 12 los muertos por siniestros en el trabajo y ahora cuatro en solo doce meses. En mayo un hombre de 50 años perdía la vida por aplastamiento al quedar atrapado entre dos coches en su taller de Matalobos (A Estrada). También en tierras de Tabeirós, el 11 de junio un joven de 28 años moría al quedar atrapado entre una grúa y la viga de una explotación ganadera en la parroquia de Cora. Y el 23 de octubre a un empleado de una empresa forestal, de 43 años, le caía encima un árbol mientras trabajaba en Tabeirós. La primera víctima del año se produjo en agosto. El empleado de una cerrajería, de 30 años, moría por asfixia al inhalar un gas, durante la reparación de un ascensor, destinado a anestesiar a los cerdos antes de su sacrificio en el matadero de Botos.

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