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Vidal Abascal y Laxeiro, dos grandes amigos

Faceta entrañable de la vida de José Otero Abeledo fue su gran amistad con el matemático y también pintor Enrique Vidal Abascal, al que conoció en sus inicios en Lalín | Lo prueba la intensa comunicación personal y escrita entre ambos: cartas, postales, tarjetas, etc.

Autorretrato de Enrique Vidal Abascal. | // ARCHIVO E.V.C.

Laxeiro dibujado por Vidal Abascal. | // ARCHIVO E.V.C.

Casa del Teléfono, donde vivía Francisco Gómez Sainz. | // ARCHIVO E.V.C.

Uno de los ‘Dibuxos para Lalín’ de José Otero Abeledo.

Postal dedicada por Laxeiro a su amigo Vidal Abascal.

Artículo publicado en FARO DE VIGO, con motivo de la inauguración de la Bienal Provincial de Arte de 1971.

Enrique Vidal Costa, hijo de Vidal Abascal, recuerda la estancia de su padre en Lalín en la casa familiar y su amistad con Laxeiro. “Nacieron los dos en 1908, eran rapaces de Lalín. La madre de Vidal murió en un parto en Lalín cuando él tenía meses. Quedaron cuatro hermanos con su padre y una hermana, Soledad, ambos de Lalín. Vidal estudió el bachillerato en A Coruña, donde su padre era el delegado de Hacienda, y en Santiago, en donde alquilaron un piso, que llevaba su tía Soledad, para que los dos hermanos mayores estudiaran Medicina. En julio de 1924, su padre se va para Madrid, pero sus hijos quedan con su tía en Galicia, entre Santiago y Lalín, donde pasan todas las vacaciones y todo el tiempo que pueden. Algunos días del verano van a Cambados, en donde tenían más familia. En Lalín están sus otras tías, Socorro y Maruja; vivían en la casa, que se llamó la del Teléfono y que sobre 1850 había construido su familia.

La casa de Lalín es la casa familiar y allí pasa con sus hermanos y sus muchos primos y primas: de A Corredoira –Eduardo, Lalo, Isabel, Carmiña, Celia, Servando y Conchita Vidal Peña–; Ricardo, casado con Carmencita Fentanes; Carlos, casado en Pontevedra; y me dejo alguno, como la casada con Ricardo, el de Mouriscade. Naturalmente, se relacionó con todos los rapaces de Lalín..., entre los que Laxeiro es apreciado por los Vidal. En particular, por Enrique, con el que coincide en edad y en su afición por la pintura. Es desde esos 16, 17 años en los que se forja la amistad entre ellos. Dura hasta el final”.

Enrique Vidal es catedrático de instituto desde el 24 de abril de 1933. Cuando, terminada la guerra, en octubre de 1940, es nombrado director del Instituto de Pontevedra, ya tiene dos hijos, “uno de ellos recién nacido, yo”. Consigue un nombramiento como profesor de traballos manuais para Laxeiro. Citado por Beatriz de San Ildefonso, del Museo de Pontevedra, en el libro O primeiro Laxeiro- 1908-1942. (página 45). En 1941 Vidal se traslada a Santiago, donde es nombrado catedrático del Instituto Femenino, y tiene el primer nombramiento de profesor de la Universidad de Santiago.

José Otero Abeledo, Laxeiro, nos cuenta sus primeros años como tal en el catálogo de la exposición que presentó en Art Gallegy International, en Buenos Aires, Argentina, donde dice: “Nací en España, Lalín, Pontevedra. Fui alumno libre en la Academia Superior de Pintura, Escultura y Grabado de San Fernando, Madrid. En 1934 expuse por primera vez, invitado por la Universidad de Santiago de Compostela, en la Facultad de Filosofía y Letras. Por esta puerta salí al mundo como pintor en el que sigo peregrinando, dibujando y pintando. No concurrí nunca a concursos ni premios oficiales. Exponiendo a lo largo de mi vida en varias capitales europeas y americanas. Soy un trabajador libre, no tengo horario ni disciplina para mi trabajo y esto es lo que me sostiene con fuerzas y alegría frente al caballete”.

En el catálogo de la exposición presentada en la Galería Trinta, en Santiago de Compostela, narra una anécdota curiosa, sobre su predestinación como artista: “Xa teño uns cantos anos e vay sendo horas de decir quen son: cando eu era un rapaz de once anos subinme a maceira mas vella que había na horta da nosa casona, e metín a man nunha das carachochas e dentro atrapei algo parecido a un páxaro, cando abrín a man agrandáronseme os ollos o ver que era un homiño tan pequeniño, que dixo, trátame ben e escóitame: eu son Mirlotil, embaxador de cultura do Marqués da Romea, ti estas na lista dos seres escollidos polo tribunal misterioso presidido polo Marqués da Romea, home de ocultos conocimientos e intuiron que ti serás predisposto pras Bellas Artes e que naquela corte verán muy honrosos que ti dentro de poucos anos sexas o pintor de cámara de tan glorioso Marquesado. Así xa sabes as raíces profundas que manteñen a tua imaxinación. Exposición homenaxe a unha mariposa voluble que revolotea nos xardins do palacio do Marquesado. Laxeiro, pintor de Cámara do Marquesado da Romea. Pardellas, 12-4-87. Lalín”.

La relación epistolar entre Laxeiro y Vidal Abascal, que mantenía la llama de la amistad en las largas temporadas que se encontraban separados, por la estancia del primero en Argentina, fue muy intensa y abundante. Recogemos algunos ejemplos de su relación epistolar, facilitados por Enrique Vidal Costa, procedentes de su archivo.

Invitaciones y misivas

Con motivo de la exposición que se iba a presentar en la Sala Prisma de Madrid, titulada ¡Viva San Roque y o can!, le envía una carta a Vidal Abascal, pidiendo su opinión: “Querido amigo Enrique, estoy contentísimo por saber que lo tuyo no es más que agotamiento y había pensado en ello porque creo que tú fuerzas demasiado tu maquinaria y te será bueno recordar, lo mismo tú que yo llevamos con el motor en marcha más de medio siglo. Será para mí un gran placer que puedas estar a la inauguración de mi exposición en Madrid. Ya me dirás por carta la primera impresión de los entendidos. Lo de las conferencias yo creo que no debo imponerle nada a la Sala ya que yo soy un invitado de ellos y en estos casos no cobran nada más que un tanto por ciento en la venta, ellos hacen catálogo y otros gastos, al director de la misma le debo que el Conde Ibarra diera orden al agente en Buenos Aires para que no me cobraran el flete hasta Barcelona, lo que así se hizo; como tú vas a estar en Madrid y a los amigos verás, sobre la marcha lo que os ocurre hacer, si veis que la exposición responde. Solo quisiera dejar bien a Lalín y a Galicia. Un fuerte abrazo. Laxeiro. BS-As. 12 abril de 1962”.

En una postal ilustrada enviada a Vidal, Laxeiro le escribe: “Querido amigo Enrique: Soy hijo de esa hermosa Villa lalinense, a ella con sus gentes la veo siempre dentro de mí, he tenido la suerte de ser querido por todos sus hijos, por eso la recuerdo más; esto a veces me entristece o me pone alegre, estoy demasiado lejos. Te escribo desde una tranquila casa de campo a muchos kilómetros del gran Buenos Aires, hoy hace mucho viento, todos se marcharon a (...)”.

En otra postal ilustrada, que firma como Pintor de Lalín, dice: “(...) de los gigantescos peñascos que coronan nuestros montes y las laderas de los ríos. El gran escultor de Galicia nacerá con los ojos muy abiertos frente a esta grandiosa naturaleza, fuente eterna de formas universales. Sinceros abrazos para D. R. M. Aller y para ti. Laxeiro. Pintor de Lalín. Bs-As- Pinamar 30-12-1959”.

Un mural excepcional

Una prueba de la amistad y el aprecio que tenía Vidal Abascal a Laxeiro, se encuentra en un artículo publicado en FARO DE VIGO, con motivo de la inauguración de la Bienal Provincial de Arte, de 1971, donde se lamenta de que el artista no esté representado en la muestra y recuerda que en un café de Pontevedra se está perdiendo uno de los más bonitos murales pitados en Galicia, en el siglo XX, por su amigo Laxeiro. Según Vidal Abascal, es un mural excepcional, quizás el más hermoso existente en Galicia, por su expresividad y su barroquismo ingenuo que habla de un mundo mejor. Se pregunta: “¿Onde fuches cos teus rapaces e os teus bonecos cheos de ironía? ¿Onde escondes os teus colores antergos cheos de ledicia, os teus gaiteiros que alegraron as nosas solteiras e tamen as casadas nas romarías?”.

En el catálogo de la exposición realizada en la Sala de Arte de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo, en noviembre de 1968, titulada Dibuxos para Lalín, Laxeiro se presenta como un hijo de Lalín: “Lalín. nací en ti, tú me cargaste con este inmenso peso que llevo a cuestas. Tus paisajes de inviernos y primaveras. Tus locos. Tus ciegos de ferias y romerías. Tus niños pobres. Tus títeres de ‘Barriga Verde’. Tus espantapájaros movidos por el viento del Candán. Todo esto soy yo. En ti y para ti, que eres mi pueblo, deposito estos treinta y dos momentos de mi vida. Laxeiro. Vigo 21-XI-68”.

En 1965, Laxeiro le escribe a Vidal utilizando la invitación de la exposición realizada en el Lar Gallego del Centro Lucense de Buenos Aires, preguntándole si quiere que le envíe el catálogo de su última exposición, que le gustó mucho el cuadro que le envió, que pronto se verán y saludos para su mujer y los amigos. Otra manifestación de su amistad se puede leer en el envío de la invitación de la exposición de dibujos en esta sala, “con un forte abrazo o meu amigo e colega”, para la que escribió la presentación Luis Seoane, otro amigo de ambos.

En una postal con el mural Historia de Navidad, pintado en la casa de Luis Álvarez (1961), le recuerda a Vidal Abascal su gran amistad: “quiero que sepas que sigues siendo uno de mis mejores amigos, te recuerdo siempre con gran cariño”.

Precursores y Sucasas

En el año 1958, Laxeiro le escribe una carta a Vidal Abascal, recordando la muerte del amigo de ambos Carlos Maside, en la que le dice que fue el primero que se enteró de su muerte en Buenos Aires, por los recortes de prensa que le envió su hija. Le informa de que va a inaugurar una exposición en la Sala Velázquez, en Buenos Aires. Anima a Vidal para que siga pintando y le recuerda que son los precursores de los grandes pintores que van a nacer en la tierra de Deza, como también nació en Filgueiroa un sabio Don Ramón Aller. Cuando vaya a Vigo, le pide que vea su cuadro Romería de Deza, que le compró Paz Andrade y que llegó a Galicia el día del entierro de Maside y, por último, que conozca y anime a un pintor de Lalín, llamado Sucasas. ¡Viva Lalín con razón ou sin ela!

[Nota del autor: Este trabajo fue realizado con la documentación facilitada por Enrique Vidal Costa, hijo de Enrique Vidal Abascal, procedente de su archivo]

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