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Un año sin cenar con el jefe

La imposibilidad de organizar cenas de Navidad anima a muchas empresas a recuperar los aguinaldos, algunas de ellas apoyando con estas cestas al productor local

Mar Blanco y Laura Tojeiro, dos de la impulsoras de Camiño Circular.

Muchas empresas apuestas por apoyar al productor local configurando su aguinaldo con productos elaborados en A Estrada.

A estas alturas del año la agenda echaría humo. Pasaría sus hojas hacia adelante y hacia atrás, desesperada, buscando un hueco en el que encajar una cena más. Familia, amigos, trabajo... nada libre. La temporada de veladas confraternizadoras de Navidad ya habría empezado en el mes de noviembre y diciembre se habría estrenado con todos los fines de semana y vísperas de festivo ocupados. Sin embargo, 2020 no es un año cualquiera. Todavía sin saber cómo se podrán celebrar las fiestas más familiares del año de puertas para adentro, fuera la cosa pinta bastante mal. Las restricciones sanitarias no permiten tomar un café con un amigo sentado en el bar de costumbre, como para planificar una cena que reúna a toda la pandilla o a la plantilla de una empresa. Este año no habrá cena con el jefe.

Con las reuniones limitadas a convivientes, el panorama es negro para las cenas navideñas fuera del hogar. Por no hablar de que la hostelería, en municipios en los que todavía operan restricciones –caso de A Estrada y Lalín, capitales de las comarcas de Tabeirós y Deza– se encuentra cerrada o, si mantiene su actividad, lo hace exclusivamente para facilitar comida o café para llevar. Sus comedores están desiertos, precintados como si fuesen la escena de un crimen que, en realidad, nadie ha cometido.

Las pérdidas para el sector, castigado ya en el día a día, son cuantiosas al verse privado de una campaña tan importante como la navideña. Aunque muchas empresas se decantan por invitar a sus trabajadores a cenar por estas fechas o, al menos, por intentar reunir a sus empleados aunque toque pagar “a escote”, también hay firmas en las que se mantiene la tradición del aguinaldo, un reconocimiento en especie para sus trabajadores que, por lo general, se corresponde con una cesta con productos típicos de la época.

Todavía son numerosas las empresas de la zona que en estas fechas tan señaladas del año tienen por costumbre agasajar a sus empleados. Sin embargo, este año esta alternativa está ganando mucho terreno, teniendo en cuenta que no podrán reunirse los compañeros de trabajo en torno a una mesa navideña. Algunas firmas locales que hasta ahora prescindían de la cesta de Navidad, se decantan en 2020 por brindársela a sus trabajadores como un modo de tener “un cariño” con la plantilla en un ejercicio especialmente difícil y en el que todo gesto que ilusione es bienvenido.

Cuando se trata de regalar, son varios los factores que determinan la elección. Dos claves son el presupuesto y el gusto. A mayores, la cooperativa Camiño Circular ha sumado este año uno nuevo: el apoyo al producto local. La iniciativa, recién nacida en A Estrada de la mano de Mar Blanco, Lara Blanco y Laura Tojeiro, se ha puesto en contacto con las empresas de A Estrada para invitarlas a regalar productos estradenses como aguinaldo navideño. Y muchas han recogido el guante. De hecho, estas cajas serán objeto de sorteo en muchos establecimientos, mientras que algunas empresas piden paquetes hechos a la medida de sus preferencias y presupuesto para desear felices fiestas a los trabajadores con acento estradense.

Sidra, mosto, aceite, queso, leche, mermelada, galletas, vinagre de sidra, mermeladas, turrones, polvorones, chorizos, huevos o chocolate, entre otros productos figuran en la carta de artículos made in A Estrada que se ofrecen para configurar estas cestas. Hasta el envoltorio es totalmente estradense.

Las cenas de Navidad brindan al sector de la hostelería importantes ingresos para cerrar el ejercicio. Ya en el mes de octubre se daban por perdidas, ante la imposibilidad de que un grupo numéricamente importante de personas se reuniesen en torno a la misma mesa. Entonces ya deberían empezar a promocionarse estas veladas, para celebrarse desde noviembre. Sin saber todavía cuándo podrán abrir nuevamente sus puertas, las perspectivas no pintan bien, augurando el correspondiente efecto dominó que la falta de actividad en este sector puede generar. Apoyar al productor local puede ser una forma de respaldar la economía local que cada vez demuestra con mayor claridad que es un círculo perfecto.

Bonos para fomentar el consumo local

En un intento por sumarse a la oleada de iniciativas para fomentar el consumo en la hostelería dezana, la empresa Embutidos Lalinense sustituyó este año la tradicional cena de Navidad –suspendida por la pandemia– por el reparto de vales nominativos, por importe de 35 euros, a cada una de las 70 personas que forman parte de su plantilla. La intención de la firma es que los trabajadores los utilicen en los locales de restauración y hostelería de la comarca, ya sea en terrazas, en comidas en el propio local o para llevar. La empresa es sensible con la situación que atraviesa el sector hostelero en unos tiempos nada fáciles para nadie. Es más, lo que vive la hostelería le repercute directamente, ya que la empresa tiene en la restauración una parte muy importante de su cartera de clientes. Con su propuesta de aguinaldo favorece al sector y celebra la Navidad con sus empleados. También en este caso el camino es circular.

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