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María Belén Liste Lázara | Subdirectora xeral para el Tratamiento de la Violencia de Género

“El Covid encapsuló la violencia en las casas. Las mujeres evitaron denunciar”

“Las denuncias se desplomaron, pero se disparó más del 60% la demanda de información”

Belén Liste Lázara, en las oficinas de la consellería.

La silledense María Belén Liste Lázara es la subdirectora xeral para el Tratamiento de la Violencia de Género de la Secretaría de Igualdade de la Consellería de Emprego desde 2004. Conoce bien el drama que sufren quienes padecen la lacra del maltrato y sabe de la importancia de garantizar la independencia económica de la mujer para que esta pueda ver que hay salida para ella y sus hijos: un horizonte hacia el que mirar con esperanza, un futuro en el que vivir sin miedo. Su experiencia laboral como jefa del Servizo de Orientación Laboral hasta 2004 y su formación mediante másters en Orientación para el empleo, Relaciones Laborales e Igualdad, Género y Educación le ayudan a conjugar ambos aspectos. Subraya que la administración pone a disposición de las féminas maltratadas recursos destinados a cubrir sus necesidades y las de los suyos para que puedan empezar una nueva vida lejos de la violencia. Si para muchas víctimas ya es difícil dar este paso en circunstancias normales, en el contexto Covid-19 la situación se le antoja a quienes sufren maltrato mucho más difícil. Se intuye que ello ha tenido mucho que ver con que las denuncias cayesen en picado durante el confinamiento.

–El posicionamiento conjunto contra la violencia de género aprobado por la corporación del Concello de A Estrada con motivo del 25-N pone de relieve un acusado descenso del número de denuncias de víctimas por la presión extra ejercida por el coronavirus . No es un caso aislado...

–No. La huella del Covid se notó mucho este año tras el 14 de marzo. Contrariamente a lo que cabía esperar. Ya de manera inmediata tras la aprobación del estado de alarma la Xunta aprobó un plan de refuerzo de las medidas orientadas a apoyar a las víctimas de malos tratos porque se temía que la situación de confinamiento en el domicilio pudiese disparar las denuncias por ese encierro continuo en el domicilio. Pero, realmente, en toda España se retrajeron las denuncias. El Covid encapsuló la violencia en las casas. Por un lado, muchos agresores al tener a la víctima permanentemente controlada plantearon aparentemente menos conflicto que en circunstancias normales. Y, por otro, muchas mujeres intentaron protegerse a ellas mismas y a sus hijos evitando denunciar hasta ver clara la opción de denunciar y no tener que volver a casa. En la práctica, las denuncias por maltrato se desplomaron, cayeron de manera brutal de marzo a mayo y se reactivaron desde julio, volviendo a presentarse al mismo ritmo o incluso a un ritmo superior al del mismo período del pasado año.

–Solo en A Estrada cayeron a 5, nada menos que 15 menos que el pasado año. ¿Tienen datos de los demás concellos de las comarcas de Deza y Tabeirós-Montes?

–No podría concretarlos porque, al depender de medios policiales, para disponer de ellos dependemos de su publicación estatal. No los tenemos de manera inmediata. Lo que sí sabemos es que cayeron las denuncias y las órdenes de protección que desde julio se han ido recuperando y desde julio ya se dictan al mismo ritmo o incluso a un ritmo superior que en el mismo período del pasado año. Las órdenes de protección sí que las puedo concretar para ambas comarcas. En la de Deza se dictaron ocho. Siete de ellas en Lalín: una en enero, tres en febrero, otra en marzo, una en julio y otra en septiembre. La octava fue en Silleda, en octubre. Ya en A Estrada se dictaron cuatro órdenes de protección: dos en febrero, una en marzo y otra en noviembre. Cabe señalar, además, que las dictadas en marzo lo fueron antes de la declaración del estado de alarma el día 14. No es una excepción. En Galicia el número de órdenes de protección dictadas durante el estado de alarma declarado en marzo bajó más de un 50% respecto del mismo período del año anterior.

“Ultimamos un turno de guardia de trabajadoras sociales y en 15 días habrá una APP para móviles con todos los recursos”

–Están trabajando en la puesta en marcha de nuevos recursos de atención a víctimas de violencia de género...

–Sí. Con motivo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, desde la Xunta hemos puesto en marcha nuevos programas como el turno de guardia especial de personal de apoyo psicológico con el objetivo de apoyar a las mujeres víctimas de maltrato desde el minuto 0. Igual que tienen derecho a abogada de oficio, establecimos un turno psicológico. Si una mujer acude sola a denunciar, puede tener a un profesional a su lado, dándole apoyo moral... y muy atento a sus reacciones. Porque presentar una denuncia es un proceso largo y difícil. Es agotador. Asimismo, también estamos intentando poner en marcha el turno de guardia para trabajadoras sociales. Se trata de que cuando una mujer salga del proceso de presentación de denuncia y del juicio rápido, salga acompañada por una trabajadora social que le informe de todos los recursos que tiene a su disposición.

–Los hay para ellas y también para sus hijos...

–Sí. Queremos que estén informadas de la existencia de ayudas económicas, a la vivienda, al acceso a comedores escolares de manera gratuita para sus hijos... al programa de apoyo al empleo que facilita que las puedan contratar durante 12 meses en los concellos –de acuerdo con su perfil profesional, en el servicio de limpieza, como auxiliares administrativos...– para entrar en el mercado laboral y así asegurar su independencia. Tienen una batería importante de recursos. Y también disponemos de una guía de recursos que en 15 días tendremos disponible en formato de APP para teléfonos móviles, con lo que se la podrán descargar en su teléfono. Y, a mayores, también tenemos varios programas de apoyo a mujeres víctimas de violencia sexual, que también es violencia de género. Las agresiones sexuales han aumentado en toda Galicia y en toda España.

“El lleno en casas de acogida derivó a seis víctimas a otros alojamientos”

–La Federación de Mulleres da Provincia de Pontevedra (Femupo) ha querido contar con usted para acercarle a través de Zoom a las mujeres los recursos y la atención que se le presta a las mujeres víctimas de violencia de género. ¿Cuáles son?

–Nos reinventamos y hemos reforzado los recursos. Disponemos de un teléfono de atención a la mujer las 24 horas, 365 días al año. Es el 900 400273. No es exclusivo de violencia de género pero es al que llaman muchas víctimas. Durante el confinamiento con ese número ocurrió justo al contrario que con las denuncias. Si estas cayeron, las llamadas de petición de información se dispararon. Aumentaron más del 60%. Pasamos de tener 1.000 a superar ampliamente las 2.000. Pero también tenemos otros muchos recursos, como un programa de atención psicológica para víctimas de violencia de género y sus hijos. Coordinamos las casas de acogida para víctimas de violencia de género. Hay 7 de carácter municipal y una autonómica en Vigo. Durante el estado de alarma estuvieron llenos. Cada uno tenía una habitación vacía preparada por si surgía un caso de Covid, para poder hacer aislamiento. Por eso tuvimos que derivar a seis casos graves de mujeres en riesgo de exclusión social a alojamientos turísticos, pero apoyadas por equipos psicológicos y sociales. Pero también hay recursos de apoyo económico a las víctimas de violencia de género y un bono de vivienda en alquiler por el que, dada la situación Covid, la Xunta se hace cargo del 100% del importe del alquiler pagándoselo directamente al arrendador para contribuir a la independencia de la mujer. También tenemos un programa muy bueno para víctimas de violencia de género que les da trabajo durante un período de 12 meses mediante ayudas directas a la contratación que se otorgan a los concellos para que estas mujeres entren en el mercado de trabajo. Para ellas es muy positivo. Les ayuda a dar el paso definitivo.

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