Con gran parte de las plantillas sin desplazamientos que atender, las instalaciones de las empresas están más inmaculadas que nunca. Es momento para realizar trabajos de mantenimiento y puesta a punto de los vehículos, si bien estas tareas se realizan regularmente como establece la normativa. Pero con los motores apagados durante tanto tiempo, algunos vehículos sufren averías propias de la inactividad y muchas de ellas relacionadas con dispositivos electrónicos, pues hoy en día los mecanismos digitales son los que rigen no solo la mecánica de estas máquinas. Luis Alberto Lázara comenta, en este sentido y a modo de ejemplo, que días atrás tuvieron que cambiar un autocar que iba en dirección Andorra con solo una hora y media de trayecto completado. "La electrónica es incontrolable y las averías, al estar los vehículos parados, son más frecuentes", dice.
Otras cuestiones que afectan al sector son los impagos de algunos clientes que también se vieron afectados por la crisis.
