Maxideza es una de las empresas punteras de la comarca en la comercialización y reparación de maquinaria agrícola y la situación de alarma sanitaria no ha le ha impedido mantener su veintena de empleos, entre comerciales, mecánicos y maquinistas.
Óscar Míguez considera que su actividad en cierta medida goza del privilegio de no tener que cesar, aunque la carga de trabajo ha caído sobre todo en las ventas, sin transacciones. "Nos vamos a tener que comer unas 15 máquinas de pedidos ya cerrados de gente que, por miedo, se echó atrás, pero que nosotros teníamos ya encargadas", señala. Por tanto, ahora el negocio contará con una flota de maquinaria agrícola que, evidentemente no se tiene en stock, y a la que habrá que buscar una salida. Aunque el agro sigue funcionando para, entre otras cosas, abastecer de alimentos a la población, este profesional sí percibe dificultades para la comercialización de carne de vacuno por el cierre temporal de la restauración.
El taller de este establecimiento de O Espiño no se resiente y, según comenta Míguez, sus mecánicos trabajan a pleno rendimiento porque las máquinas se averían o precisan mantenimientos. "En el taller estamos al cien por cien, aunque empezamos con dos turnos de trabajo, y luego vimos que no era viable. "Dentro de todo lo que está aconteciendo con la economía puedo decir que somos un sector afortunado".
