-¿En algún momento pensó que el negocio iba a durar tanto?

-Recuerdo que cuando empezamos mi marido me animaba a que pusiera la tienda en el centro. Y yo pensaba que teniendo la casa aquí, con lo que iba a pagar de alquiler en otro lado prefiero atender mi casa y a mis hijas, aunque tuviera que vender un poco menos de género. Lo cierto es que la gente empezó a venir porque, entre otras, cosas tenía sitio de sobra para aparcar. Cuando empiezas nunca piensas cuánto vas a durar, pero la verdad es que estamos muy contentos porque todo salió muy bien, y la gente nos respondió muy bien en todo.

-¿Está contenta con el trabajo que están haciendo sus hijas?

-Estoy contentísima y súper orgullosa de las dos. Me gusta cómo llevan el comercio y cómo tratan a los clientes. Antes decíamos que para esto hay que valer, pero también te digo que las dos también mamaron lo que es la tienda desde bien pequeñas. Cuando teníamos la sastrería ya andaban por aquí las dos revoloteando y eso que eran muy pequeñitas. Cuando se hicieron mayores me ayudaban en la tienda cuando llegaban los fines de semana porque yo les dejé claro desde siempre que había que colaborar en casa. Ellas mamaron la tienda los viernes y los sábados, sobre todo, porque en aquellos años durante los fines de semana era cuando más gente había en el local. Ellas recogían los mostradores cuando eran pequeñas y siempre sabían lo que tenían que hacer en todo momento. Yo creo que todos aquellos años les sirvieron a las dos de aprendizaje para poder coger en negocio sin problemas. De todas formas, también te digo que pienso que, si yo no enfermara, ninguna de las dos estarían aquí. Supongo que es el destino de cada persona.

-Menos mal que a las dos les gusta el negocio, ¿no?

-Pues, mira, si no valieran o no les apeteciera seguir con la tienda habríamos cerrado o alquilado el local porque no quedaría otra.

-¿Cómo van a celebrar el aniversario de Carmiña Moda de puertas para adentro?

-El domingo tenemos pensado ir todos a comer fuera porque tenemos mucho que celebrar. Te diría, además, que tenemos mucho y bueno que celebrar en todos los sentidos, afortunadamente.