El portavoz del PP de Lalín, Javier Blanco, censura algunas de las cuestiones de la Feira do Cocido porque entiende que este modelo difiere mucho del impulsado durante años por el anterior grupo de gobierno. Además de atacar al cuatripartito por arrogarse méritos "como si fuesen los inventores de esta fiesta", dice que, aun valorando que el pasado domingo sí hubo mucha gente, hay cuestiones que deberían frenar el discurso triunfalista del equipo liderado por Rafael Cuíña.

En primer lugar, Blanco lamenta la suciedad en calles que había a primera hora de la mañana del día grande y que el Concello no previese un plan de limpieza para evitar que el visitante viese "vomitonas, meadas o colillas" en algunas vías. Cuestiona que el mandatario dijese en una emisora de radio que el ejecutivo trabajaba para lograr la internacionalización de la fiesta, "cuando en cuatro años no hicieron nada y posiblemente habrá que reiniciar el expediente casi de cero, porque lo único que hicieron fue dilapidar el trabajo hecho por el anterior gobierno", dijo, en alusión a que el Cocido pueda alcanzar la distinción de Fiesta de Interés Turístico Internacional. En este sentido también señaló que hay otro asunto que poco contribuye, como es la pobre repercusión mediática, con solo la televisión autonómica y la estatal presentes el domingo, mientras que antes se desplazaban a Lalín la práctica totalidad de los medios televisivos españoles. Blanco promete que si el PP vuelve a gobernar la gala gastronómica regresará a Lalín y no se limitará a un Luar de cualquier viernes con presencia de algún grupo local. También denuncia el gasto de 14.000 euros en los recursos para la emisión por streaming de la fiesta, cuando, dijo, esta retransmisión fue vista solo por 60 personas. "Cerraron la UNED porque era un gasto excesivo que no se rentabilizaba", recuerda. Con todo, Blanco Carballal asegura que los gastos en el evento gastronómico se dispararán.

Por otro lado, tras felicitar a los colectivos que presentaron sus carrozas en el desfile, por su gran calidad en general, entiende que este acto fue excesivamente corto, síntoma, a su juicio, de que el gobierno desea "quitar de delante el desfile porque le estorba". En relación a las manifestaciones del gobierno sobre el hecho de haber prescindido de actos "rancios o casposos", el popular se pregunta cuáles fueron, porque cree que la mayor parte sí continúan. En relación al modelo pregonado por el gobierno de fiesta que regresa al pueblo y huye de protagonismos políticos, recuerda que miembros del ejecutivo se colocaron delante del palco y sobre la comida solidaria pregunta cuánta gente acudió al margen de la destacada presencia de invitados del PSOE o de Compromiso por Galicia.

Blanco señala que al lado de la carpa Mahou había puestos de churros o pulpo y se pregunta si el mercado de oportunidades del comercio local no podía ir ahí también o si las haimas no deslucían tanto como las de los puestos de venta antes citados.