La sección segunda de la Audiencia Provincial confirma la sentencia que emitió el Juzgado de lo Penal Número 1 de Pontevedra y que condena a un hombre a un año de prisión por un delito continuado de robo con fuerza, así como a una multa de 90 euros por usar un vehículo a motor de propiedad ajena.
Los hechos acaecieron hace más de cinco años, en mayo de 2012, en Silleda. El acusado, que ya tenía antecedentes penales, se puso de acuerdo con otras dos personas para ir al IES Pintor Colmeiro en torno a la medianoche. Según relata la sentencia, el grupo "violentó las persianas de dos ventanas de aluminio situadas en la planta baja del edificio", a escasos metros del suelo y que comunican el aula de plástica con la cafetería del inmueble. Una vez que accedieron a este bar, los ladrones se apropiaron de diversas chucherías valoradas en 203 euros, así como de las monedas que había en la registradora, que estaba abierta y cuyo importe se desconoce. Al sonar la alarma del edificio, los acusados salieron corriendo. Mientras que la concesionaria de la cafetería reclama el importe de las golosinas, el director del instituto renuncia a la indemnización.
Tres jornadas después, el 25 de mayo, los tres acusados, "en unión del acusado que se encuentra en situación de rebeldía", se desplazaron a la parcela que ocupa el taller mecánico Tato, en la Avenida da estación. El grupo violentó con algún tipo de objeto contundente el cierre interior del cajetín de recaudación de las monedas de la máquina de un box de lavado de coches, para llevarse 30 euros. El propietario del taller también renunció a la compensación a la que pudiera tener derecho.
Tras salir al taller, los acusados cogieron, "con ánimo de utilización temporal", un vehículo Opel Vectra, cuyo valor ronda los 400 euros. Uno de los acusados se puso a conducirlo, sin que se empleara fuerza o violencia para su sustracción. El vehículo estaba aparcado en la explanada de dicho taller, y fue localizado y recuperado horas después en los aparcamientos públicos de la calle Braña do Medio, en el casco urbano de Silleda.
Contra la sentencia del Juzgado de lo Penal el acusado interpuso un recurso de apelación, a pesar de que éste había mostrado su conformidad con el fallo condenatorio. Pero en el recurso solo discute los detalles relativos a la denegación de los beneficios de la suspensión y la sustitución de la ejecución de la pena privativa de libertad. Si bien al ser condenado a menos de dos años puede acogerse a la concesión de la suspensión del artículo 80.2.2ª del Código Penal, pero el acusado fue condenado después de estos hechos hasta en siete ocasiones más. Además, fue un reo habitual "por cometer cuatro robos objeto de otras tantas condenas en los cinco años anteriores". A la Audiencia no le sirve el argumento de que se tratase de robos de escasa relevancia o que ya esté cumpliendo pena por ellos en Teixeiro.