Vecinos de la calle Rosalía de Castro se quejan de la habitual irrupción de coches en el vial durante el fin de semana, cuando la carretera está cerrada a la circulación. Los infractores mueven las vallas estacionadas a los extremos de la calle para acceder con el vehículo sin importarles la señalización o algún tipo de penalización. Esto supone un continuo entorpecimiento de la vida social del lugar, así como de un peligro para los niños que acostumbran a jugar por el medio del vial aprovechando que está la calle cerrada. Por su parte, los establecimientos también han mostrado su descontento con estas frecuentes imprudencias que quedan impunes.