Las cuatro calicatas que efectuará la USC afectan a una docena de parcelas. Una de las catas, definida como S2, tiene cierto interés porque en ella afloran piedras que podrían demostrar el derrumbe de la muralla. El muro que rodea el Castro de Doade fue construido por el hombre, aprovechando una terraza natural sobre el río Asneiro. Eso explica que, hacia el lado sur, la muralla tenga dos metros de alto, pero en el lado opuesto llega a alcanzar los siete, explica Erik Carlsson-Brant.

En el interior del castro se creó, asimismo, una plataforma artificial que ocupa en torno a las 1,2 hectáreas y que ahora mismo se encuentra ya desbrozada para facilitar los trabajos de prospección. Carlsson-Brant mostró diversas fotografías aéreas para comparar hasta qué punto la actividad agraria fue modificando la estructura del recinto arqueológico. "En 1945 podía verse el recorrido completo de la muralla, pero en 1956 se aplana la parte oeste para favorecer las tareas de cultivo", explica.

A partir de mediados de los años 50 es frecuente que se muevan los linderos de las fincas y que se are durante las cinco décadas siguientes. "En 2012", prosigue Carlsson-Brant, "se ve una calva, que es un afloramiento granítico en el centro del castro, que se va rellenando" y que demuestra que tanto la plataforma como la muralla son una construcción artificial, mano del hombre.

Los trabajos durarán 15 días y su ritmo dependerá de los restos que se vayan encontrando. "Si en la zona de la muralla con más de dos metros de profundidad no aparece nada, el ritmo será más rápido", explica Carlsson. Las prospecciones miden 4x4 metros cada una.