El juicio contra Carmen Reboredo y José Mouriño, el matrimonio de Lalín acusado del asesinato de su hija Sonia y la muerte de Amador Vázquez, un antiguo empleado de la pareja que falleció asfixiado tras el incendio provocado en su casa de Barcia, ya tiene sentencia. El magistrado condena al matrimonio lalinense a 58 años de prisión, accendiendo de esta manera a la petición de la fiscalía. A los abogados defensores les queda la opción del recurso de casación en el Tribunal Supremo.

"La intención de ambos era que ninguna de las personas salieran vivas de la casa", afirmaba el fiscal el último día de la vista celebrada hace casi un mes. Con respecto a Carmen Reboredo, quien reconoció ser la autora de la muerte a golpes de su hija y de prender fuego a la casa, aseguró que "era consciente de lo que hacía en el momento de los hechos" y, según los diferentes informes forenses (que descartaron alteración mental, así como el síndrome del cuidador quemado que alegó la defensa) es "totalmente imputable".

La representante del Ministerio público entendía entonces que Reboredo se "autoinculpa" y "oculta la responsabilidad de su marido", ya que se trata de "una persona influenciable". Respaldó está afirmación alegando las contradicciones en la versión de los hechos de José Mouriño, así como por "su actitud poco verosímil".

La acusación pública implicaba a Mouriño por la distribución de tres bombonas de butano en diferentes puntos de la casa como el salón, el sótano y la primera planta. Precisamente, para transportar una bombona de butano hasta este último lugar "se necesita la colaboración de dos personas", apuntó la fiscal, quien recordó que la propia Reboredo había reconocido que no era capaz de levantar tal peso debido a ciertos problemas físicos.

Un suceso que pasó hace tres años

Los hechos que acabaron con la muerte de la joven Sonia Mouriño Reboredo y del anciano Amador Vázquez Quinteiro se produjeron el 29 de noviembre de 2010 en el lugar de Outeiro, de la mencionada parroquia lalinense. Por su parte, José Mouriño y Carmen Reboredo fueron hallados por la Guardia Civil en una fosa séptica en la que ella habría intentado suicidarse y a la que su marido se habría tirado para impedírselo.

En la vivienda incendiada se encontraban también la madre y el hermano de Carmen Reboredo, que lograron salir con vida tras ser rescatados del incendio por efectivos de Protección Civil de Lalín. Los dos únicos supervivientes de la tragedia -al margen del matrimonio de presuntos parricidas- han fallecido en una residencia de Lugo, en donde fueron realojados unos días después.