Una remontada para doblegar al líder

El Pontevedra se impone al Unión Adarve, comprimiendo en tres puntos el ascenso directo

Los jugadores del Pontevedra, celebrando la victoria con la hinchada granate.

Los jugadores del Pontevedra, celebrando la victoria con la hinchada granate. / Antonio Santos

Antonio Santos

El Pontevedra CF logró ayer la victoria más importante de lo que va de curso en Pasarón, al imponerse al actual líder del Grupo I, el Unión Adarve, por 3-2, y recortarle tres de los seis puntos de diferencia que hay en la lucha por el ascenso directo. Fue un encuentro tenso, brusco pero, sobre todo emocionante ya que los granates tuvieron que remontar dos veces los goles del rival.

El conjunto granate comenzó el partido con determinación, yendo al quite con la dureza necesaria para un choques de estas características. Consciente de que el Adarve no cede una sola acción de juego, el Pontevedra quiso hacer válido desde el pitido inicial el estilo que lleva como bandera durante toda la temporada: el control del balón.

El arranque del partido transcurrió según las líneas trazadas por Ángel Rodríguez, con una ocasión de gol excepcional nacida de la asociación entre Rufo y Abelenda, que desembocó en un gran tiro cruzado de Álex González que impactó contra el larguero. Siguió percutiendo el Pontevedra pasados los diez minutos de juego, limitando las opciones de ataque de un Adarve que quería hacer zozobrar la defensa granate con desmarques largos, sin éxito. Centró Seoane una ocasión perfecta para Rufo, que Simón solo pudo despejar por encima del larguero, y la formación local siguió con el plan establecido, haciéndose fuerte en campo contrario. En vista de la ambición granate, el líder de la categoría buscó templar el partido con más presión defensiva, forzando errores de los centrales con los delanteros, principalmente Montejo y Portero, al filo del fuera de juego. Pese a que no produjeron muchas ocasiones, la balanza del partido se equilibró y el ritmo de ocasiones del Pontevedra disminuyó cumplida la media hora del primer tiempo.

Sin embargo, cuando el ritmo de partido se estabilizaba, llegó el gol del Adarve, con una prolongación de cabeza en el mediocampo que dejó solo a Álvaro Portero. El punta, máximo goleador del equipo, resolvió con facilidad frente a Cacharrón para poner el primer tanto en el marcador y castigar así las opciones malgastadas por los granates al inicio.

El inicio de la segunda parte prolongó esa inercia, con un Pontevedra más ofensivo gracias a la entrada de Charles. Fue en una acción en el área donde el hispano-brasileño tuvo un tiro claro que no pudo convertir, pero el esférico, trastabillado, cayó en las botas de Rufo, que igualó la contienda en el minuto 50. Al igual que cuando se produjo el primer tanto, cuando el Adarve parecía noqueado, consiguió oxígeno de donde no lo había. Una mala salida de Cacharrón a un balón parado propició un choque con el delantero, que el árbitro interpretó como pena máxima. Calleja convirtió el penalti a la izquierda del portero.

Lejos de calmarse el encuentro, el líder quiso ralentizar todavía más el partido, pero las alternativas del partido fueron incontrolables. Un centro de Brais Abelenda por la banda izquierda fue suficiente para que Charles metiese la puntera en el momento justo y poner el 2-2 en el marcador. Y por la misma banda, con la misma idea, escasos minutos después, el Pontevedra se puso por delante por primera vez en el marcador, con una asociación maravillosa entre Álex González y Yelko Pino, que fue más rápido que los centrales y batió a Dani Simón con un toque muy preciso para anotar su tercer tanto de la temporada.

Con el tercer gol, el fútbol se acabó en Pasarón y el encuentro se embruteció por momentos, entre las pérdidas de tiempo con las que el Pontevedra emuló al Adarve cuando este iba ganando y las constantes interrupciones del juego, subido de tono por la intensidad, el ambiente hostil y el carrusel de tarjetas amarillas.

Al contrario que contra el Coruxo, los granates consiguieron capear el último arreón del rival y llevarse una victoria que sabe a mucho más que tres puntos.

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