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David Soto lamenta una ocasión fallada por el Pontevedra en el partido de ayer. | // GUSTAVO SANTOS

Preocupante paso atrás del Pontevedra

Los granates siguen sin conocer la victoria esta temporada tras caer contra el Leganés B dejando malas sensaciones en cuanto a juego | La expulsión de Álex González dejó al equipo con diez durante más de una hora

Después de dos empates en las dos primeras jornadas de liga, el Pontevedra encajó ayer frente al Leganés B su primera derrota de la temporada, agravada además por las malas sensaciones que dejó el equipo en cuanto a juego. Insistió Ángel Rodríguez con el sistema 4-1-4-1 que tan mal resultado le dio en las dos primeras jornadas, volviendo a dejar a Rufo en el banquillo, y esta vez le salió aún peor. Si contra el Compostela y el Móstoles, a pesar de los empates, le había salvado el buen juego, ayer contra el Leganés B, ni eso. Los granates se vieron totalmente superados en la primera parte por el filial madrileño y solo consiguieron recortar distancias en el marcador cuando su rival bajó un poco el ritmo y dio un paso atrás.

La primera aproximación de peligro fue del Pontevedra, en el minuto 1, en una internada por la derecha de Oier a pase de Brais Abelenda; el extremo, tras apurar línea de fondo, asistió raso atrás al mismo Abelenda, que remató de primeras fuera. A partir de ahí, la pelota y el control del partido fue totalmente del Leganés B que, muy bien plantado sobre el césped, consiguió que a los granates apenas les durara el balón.

Así, y después de lanzar tres córners seguidos con bastante peligro, llegó el tanto de los visitantes. Fue en una jugada ensayada, en una falta en línea de tres cuartos bastante centrada. Álex la envió a la banda izquierda donde, casi sobre la línea de fondo, Cissé la cabeceó para volver a meterla en el área pequeña, rematando caído a la derecha llegando desde atrás Alba para hacer el 0-1.

Llegaron los nervios al conjunto de Ángel Rodríguez, sobre todo cuando Álvaro Cortés evitó el 0-2 solo dos minutos después, salvando un disparo de Mario.

El Pontevedra intentaba reaccionar y a punto estuvo de encontrarse con el gol en el minuto 20, en una falta muy pegada al córner de la banda derecha. La lanzó Oier al primer palo, donde cabeceó ligeramente Churre y, tras un rebote en Charles, atrapó el portero del Leganés.

No se había cumplido aún la media hora de juego cuando llegó la jugada polémica del encuentro. En menos de un minuto Álex González veía dos tarjetas amarillas y era expulsado, en última instancia por una falta sin balón sobre Álex. Con un efectivo menos, Ángel Rodríguez optó por un 4-4-1 hasta el final del primer tiempo para evitar más sustos. Sin embargo, en el minuto 38 Álvaro Cortés salvó una ocasión clarísima del filial madrileño: Álex se fue de Araújo y Romay por banda derecha, apuró línea de fondo y asistió atrás a Diego, que remató de primeras cruzado, obligando al portero granate a sacar una mano milagrosa para evitar el segundo.

Tras el descanso, el entrenador del Pontevedra volvió a sacrificar a Romay y a Oier para dar entrada a Rufo y Yelko Pino, que debutó como granate. La reestructuración del equipo no funcionó, pues el Leganés B se encontró muy cómodo atacando por las bandas. En solo dos minutos llegó con peligro dos veces por la izquierda, antes de que Diego hiciera el 0-2, aprovechando un envío en largo, superando a Churre y a Soto y superando a un Cortés que, aunque se tropezó cuando intentaba recuperar su posición bajo palos al estar adelantado, estaba vendido.

Después de varios minutos de dominio del Leganés B, que se encontraba muy cómodo y tenía controlado el encuentro, llegó el gol del Pontevedra más por fe que por juego. En un centro desde la izquierda, Charles presionó al portero, que falló en el despeje de puños, aprovechando el balón muerto Rufo para recortar distancias.

Por poco estuvo Rufo de empatar el choque solo dos minutos después, tras un centro de Araújo y asistencia de cabeza de Charles, pero no llegó a tocar la pelota, que la atrapó Victores. Respondió entonces el filial madrileño, primero en un córner algo embarullado en el que el colegiado anuló un gol a Iker por fuera de juego, y después en un disparo que salió rozando el palo.

Al equipo de Carlos Martínez le entraron entonces los nervios y fue Rubio el que aprovechó un balón muerto para recortar a Quaye y sacar un disparo colocado que el portero mandó a córner con una gran estirada. Los granates lo intentaron hasta el final con más corazón que cabeza y, aunque acabaron el encuentro en el área contraria, no llegaron a inquietar realmente a Victores. En definitiva, paso atrás del equipo de Ángel Rodríguez, que deberá reajustar muchas cosas para que sirva como impulso en el futuro.

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