La 4 Picos BTT inundó ayer la Boa Vila de pasión por las dos ruedas. Más de 1.500 ciclistas aceptaron el reto de ascender los cuatro montes más exigentes de la orografía pontevedresa, en una prueba deportiva que este año celebró su séptima edición, después del parón forzado que impuso la pandemia.

La prueba, de carácter no competitivo, se desarrolló en dos distancias, incluyendo las subidas al Monte Castrove, Monte do Acival, A Fracha y el Lago Castiñeiras. Los recorridos se dividieron en dos picos con 60 kilómetros y 1.5000 metros de acumulado positivo, y cuatro picos con 130 kilómetros y 3.00 metros de acumulado positivo, estableciéndose un tiempo máximo de 12 horas para completar el recorrido.

Como novedad, y medio de adaptación a los protocolos sanitarios, la salidas fueron escalonadas, siendo la primera a las 8 horas para los participantes en la ruta larga, para proseguir con los ciclistas del recorrido más corto.

Al término de la carrera, los deportista recibieron la medalla Finisher, que emula una concha de vieira como homenaje al Camino. Además, hubo un premio para los tres primeros clasificados.