El Pontevedra ha cambiado su filosofía de fichajes en invierno y parece que ha repercutido positivamente en el devenir del equipo en la liga. Esta temporada, la entidad granate peina el mercado en busca de un futbolista sénior y otro sub 23 con los que cubrir las dos únicas fichas que están libres actualmente, pero no se descarta alguna incorporación más, lo que implicaría la salida de alguno de los jugadores con contrato en vigor. Por ahora, los nombres que se han vinculado con el equipo de Pasarón son el delantero Cedric, el extremo Guille Donoso y el mediapunta Yelko Pino, pero las prioridades de la dirección deportiva eran un lateral izquierdo y un jugador ofensivo, preferiblemente polivalente. Además, esta campaña va camino de cumplirse otro clásico del Pontevedra: las incorporaciones en los últimos días del mercado.

Si se cerrasen esas tres llegadas que quiere el club, seguiría en su línea de las últimas temporadas de no hacer revoluciones en el mercado de invierno, algo que le ha funcionado bastante bien. La campaña pasada fueron solo dos los fichajes, Álvaro Bustos y Borja Domínguez, pero subieron considerablemente el nivel de una plantilla de la que salió cedido Mouriño. Hace dos años, con el equipo peleando por la permanencia, la llegada de Éder Díez a la delantera fue importante, así como la de Nacho López para un lateral derecho que sigue defendiendo hoy en día; Darío Flores y Pibe completaron los fichajes de invierno tras las salidas de Miguel Ángel (en noviembre), Mongil y Bruno. En 2017 solo hubo una incorporación y una salida en enero: Eneko Eizmendi y Gonzalo, respectivamente.

En el curso 15-16, el del regreso granate a Segunda B, Hugo Rodríguez, Antonio Bello y el meta Company sustituyeron a Lloves, Miki y Tubo. Sobre todo los dos primeros fichajes llegaban con el objetivo de sumar para alcanzar el play off tras una gran primera vuelta de liga, pero al final el Pontevedra se tuvo que conformar con una más que meritoria novena plaza. El año anterior, tres refuerzos habían ayudado a lograr el ascenso a Segunda B: Bruno Rivada, Álvaro Muñiz y Rubén Lobato.

Muchos cambios:descenso

Las revoluciones en invierno han sido sinónimo de descenso en el Pontevedra CF. La última, la 2010-2011, coincidió con una temporada muy convulsa, con el club al borde de la desaparición y numerosos problemas económicos. Llegó enero y abandonaron la disciplina granate ocho jugadores: Borja Lázaro, Joaquín Pastor, Noel Alonso, Padín, Asier Arranz, Igor, Omar Sampedro y Tiko Messina. La entidad fichó a otros tantos: Teo, Castells, Alfonso, Fran Amado, Yahvé, Santi Cezón, Rubén Pardo y Álex Bao. No sirvió para evitar la caída a Tercera División.

Tampoco se evitó el descenso de Segunda A a Segunda B en 2005 con los cinco fichajes que se hicieron: D'Amico, Álex Alves, Yobo, Rubén Reyes y Changui.

Pero no fueron las únicas temporadas de grandes cambios. En 2010 se firmaron cinco refuerzos con los que se logró la clasificación para el play off, pero el precio fue elevado y se acabó pagando al año siguiente con el descenso a Tercera.