Caras serias en la vuelta a los entrenamientos del Pontevedra tras la dura derrota cosechada el domingo contra el Atlético de Madrid B. La plantilla se ejercitó en Cerponzóns a las órdenes de Luismi y con la presencia del director deportivo en el campo, algo que es habitual, aunque ayer a mayores hubo varias reuniones con el objetivo de cerrar filas y hacer piña. Así lo reconoció el propio Roberto Feáns, que trasladó un mensaje de tranquilidad al grupo y, sobre todo, de unidad pensando en reconducir cuanto antes la situación.

Y es que todas las derrotas duelen, pero según cómo se produzcan pueden hacer más o menos daño. La imagen del Pontevedra contra el Atlético de Madrid B no fue buena, especialmente si se tiene en cuenta que el equipo jugaba en Pasarón, por lo que el varapalo anímico ha sido muy grande para todos.

El conjunto granate no encajaba cinco goles en Pasarón desde la temporada 2010-2011. Fue el 8 de mayo de 2011 cuando el Guadalajara ganaba 1-5 en el campo de O Burgo y certificaba el descenso del Pontevedra a Tercera División. Ocho años después, aunque las sensaciones que dejó el equipo son igual de malas, la situación es diferente, ya que está todavía en la séptima jornada de liga y tiene margen para reconducir la situación y espantar, así, los fantasmas del pasado.

Solo cinco goleadas

En la última década, el Pontevedra solo ha encajado cinco derrotas abultadas en Pasarón. Un año antes del 1-5 contra el Guadalajara, los granates habían perdido 0-5 contra el Lugo. Hubo que esperar hasta la temporada 2015-2016 para la siguiente derrota contundente, que fue contra el Racing de Ferrol por 0-3. El curso siguiente, otro gallego, el Celta B, se imponía por 0-4 en el campo de O Burgo. Más recientemente, en la campaña 2017-2018, fue el Rayo Majadahonda el que ganaba en la ciudad del Lérez por 0-3.

A domicilio ya no han sido tan raras las derrotas por goleada, destacando los dos 5-0 seguidos que endosó el Racing de Ferrol en Tercera División (temporadas 2011-2012 y 2012-2013) o el 4-1 del Villalonga, también en la tercera categoría. El año del descenso, el Pontevedra había perdido en A Coruña contra el Fabril por 4-0.

centro del campo

Una de las carencias que está mostrando el Pontevedra en este inicio de temporada es la ausencia de un centrocampista de creación, que conecte la línea defensiva con la ofensiva y ordene el juego de los granates.

Si bien Luismi cuenta en su plantilla con varios futbolistas de corte defensivo y que, en ese sentido, estaban rindiendo a buen nivel (excepto contra el Atlético de Madrid B), el equipo echa en falta otro perfil de centrocampista para que el engranaje funcione.

laterales

Contra el Atlético de Madrid B se evidenció otra de las carencias del Pontevedra: los laterales. Aunque Álex González había rendido a buen nivel en el flanco izquierdo, ante el filial rojiblanco se vio que no es su posición natural; sufrió mucho en labores defensivas y en ataque no aportó todo lo que puede dar. En cuanto a la banda derecha, Santi Figueroa suplió al sancionado Nacho López y cometió algunos errores fruto, posiblemente, de su falta de experiencia; no era el partido más fácil para un futbolista que está todavía adaptándose a la Segunda División B.

desajustes y velocidad

La velocidad del Atlético de Madrid B en ataque desbordó por completo al Pontevedra, que incurrió en varios desajustes defensivos a partir de los cuales llegaron los goles del rival. Los granates intentaron tirar de casta y de oficio y pusieron intensidad, pero les faltó la chispa que sí tenía el filial madrileño. Lo mejor es que la liga prácticamente acaba de empezar y hay mucho margen de mejora.