Una vez que Jorge Sáenz ha completado su lento aterrizaje en Vigo, al Celta se le ofrece un panorama veraniego bastante despejado. A mediados de julio el equipo vigués tiene prácticamente cerrado el capítulo de entradas, algo tan importante -por lo que que ayuda a aprovechar el verano- como excepcional.

Queda pendiente el asunto de Nolito que se cocina a fuego lento en la cazuela de este mercado inflacuionado. La poca prisa de unos y la angustia futura de otros acercarán al sanluqueño a Vigo a medida que se tachen semanas en el calendario. Es preciso esperar mientras en Vigo no dejan de ver hacia otras opciones de futuro que pudiesen surgir.

La tarea principal en el Celta pasa por aligerar de equipaje el vestuario en el que se desenvuelve Fran Escribá.

Ahora mismo el club se afana por encontrar destino para Beauvue, Mazan, Roncaglia y Emre Mor. Un trabajo complicado teniendo en cuenta además que el club vigués pretende sacar a alguno de ellos cobrando un traspaso y eso no parece sencillo si atendemos al rendimiento reciente que han ofrecido.

Pero es una cuestión inapazable porque en estos momentos en A Toxa están trabajando cerca de cuarenta futbolistas (contando a los nueve canteranos que en breve abandonarán la isla para ponerse a trabajar con el Celta B) y eso da una idea de la situación en la que se encuentra la planificación del equipo.