Apurando para iniciar las negociaciones para la renovación. Así acabó el pasado jueves el último entrenamiento del Pontevedra. Ni siquiera hubo tiempo para que la plantilla, cuerpo técnico y miembros del club celebrasen la tradicional comida que venían realizando tras la última sesión de la temporada. En su lugar, hubo un desfile de los jugadores del Pontevedra llamados por la dirección deportiva para darles a conocer las ofertas de renovación, una primera toma de contacto para que la plantilla pudiera irse de vacaciones planeando su futuro.

Y es que tan solo Edu, Pedro Vázquez, Romay y Javi Pazos, así como David Castro, que renovó al cumplir su cláusula durante el curso, y Mouriño, con otro año más de contrato tras su cesión al Rápido de Bouzas, pudieron hacer las maletas hasta la pretemporada. El club no quiere que se repita la demora ocurrida hace un año, cuando se tardó más de lo esperado la renovación de Luismi tras una complicada temporada en la que el entrenador tuvo que hacerse cargo del equipo en diciembre para salvar al equipo del descenso, por eso, con la continuidad confirmada ya al frente del banquillo granate el próximo curso, el propio técnico y el consejero responsable de la planificación deportiva ya planean juntos el futuro equipo.

Las pretensiones del club es mantener el bloque actual por lo que deberá pelear por llegar a acuerdos con jugadores que fueron fundamentales para Luismi y cuya continuidad está todavía en el aire. Es el caso de jugadores como Kevin Presa, Álex González, Adrián León o Nacho López. Sus aportaciones están fuera de toda duda haciéndose todos ellos como titulares indiscutibles la pasada temporada. Sin embargo, el Pontevedra deberá hacer un esfuerzo por mantenerlos en el equipo, al contar todos ellos con muy buen cartel y a los que pueden salirle ofertas de otros clubes.

La situación se extiende a otros jugadores, como es el caso de uno de los capitanes, Álex Fernández, al que una lesión de larga duración le cerró las puertas de la titularidad cuando estaba en su mejor momento. La irrupción de Berrocal, reconvertido de delantero a pivote, acabó siendo mucho más que un simple recurso, y la llegada del cedido Borja Domínguez, puso aún más competencia en un pivote donde Kevin fue el único indiscutible.