El Pontevedra acabó el domingo la temporada con buen sabor de boca, al ganar a domicilio al Real Madrid Castilla (0-1), pero también con una sensación agridulce por haberse quedado a las puertas de disputar el play off de ascenso. La valoración del club es positiva, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades de la temporada anterior, en la que el equipo estuvo al borde del descenso hasta la última jornada.

Invicto en casa hasta la última jornada de liga, cuarto mejor local del grupo I, con 45 goles a favor y 38 en contra, el talón de Aquiles del Pontevedra fueron los encuentros lejos de Galicia; con un poco más de eficacia a domicilio, los granates habrían acabado más arriba de la sexta posición final.

El inicio de la campaña estuvo plagado de altibajos, con el equipo deambulando por la zona comprometida de la clasificación. Luismi no consiguió instaurar el estilo de juego que quería en esos primeros partidos y fue a partir de la sexta jornada cuando el técnico decidió incidir en el aspecto defensivo, una apuesta que le salió bien, pues los granates lograron encadenar cinco encuentros sin encajar gol, lo que los catapultó a la sexta plaza. Después de un pequeño tramo de dudas, el Pontevedra volvió a ligar varios choques puntuando, con lo que se asentó entre los ocho primeros de la tabla.

Estabilidad

Era el ecuador de la liga regular y llegaba la estabilidad, por fin, para los granates. Apoyado, sobre todo, en su solvencia en Pasarón, el Pontevedra encontró continuidad en sus resultados y una evolución en su nivel de juego, llegando al tramo final de la temporada con opciones de meterse en play off, peleando contra equipos con grandes presupuestos como la Ponferradina, la Cultural Leonesa, el Real Madrid Castilla, el Fuenlabrada o el Atlético de Madrid B, y las sorpresas de la temporada, como el Guijuelo, el San Sebastián de los Reyes y el Coruxo.

La mejor racha de resultados llegó entre la jornada 31 y la 34, con cinco victorias consecutivas (2-1 contra el Guijuelo, 0-1 contra el Fabril, 3-1 contra el San Sebastián de los Reyes, 0-1 contra el Coruxo y 3-1 contra el Rápido de Bouzas) y muy buenas sensaciones en cuanto a juego. Este tramo le valió a los granates para alcanzar la cuarta plaza por primera vez en la temporada.

Sin embargo, a falta de solo cuato jornadas para acabar la liga y dependiendo de sí mismo, el Pontevedra volvió a tropezar con la misma piedra que se había puesto en su camino a lo largo de todo el año: jugar fuera de casa, lejos de Galicia y sobre césped sintético. Dos derrotas consecutivas contra dos rivales de la parte baja, el Unión Adarve (3-0) y Las Palmas Atlético (2-1), dejaban en el aire el sueño del play off.

Los de Luismi se aferraron entonces a sus últimas opciones: ganar los dos últimos partidos contra dos rivales directos, pero en el primero salió cruz; el Atlético de Madrid B ganaba 0-2 en Pasarón, se convertía en el primer equipo que asaltaba el campo de O Burgo esta temporada y dejaba a los granates fuera del play off.