La ciudad de Pontevedra despedirá hoy a una de las leyendas del "Hai que roelo", Rafa Ceresuela, que falleció el domingo a los 80 años de edad. Lo hará con una misa funeral en la basílica de Santa María La Mayor a partir de las 18.30 horas, después de que ayer se celebrara su entierro en la más estricta intimidad familiar.

Han sido muchos los compañeros y amigos de Ceresuela que han querido recordar sus logros como futbolista, pero si algo han destacado por encima de todo ha sido su calidad humana. "Como persona era inmejorable. Gran persona y mejor amigo, insuperable. Lo echaremos mucho de menos", comentaba un emocionado Tito Estévez. El mítico portero granate coincidió con el delantero maño en dos temporadas, la 62-63 y la 63-64. "Conviví con él en Primera y Segunda División. Fue un buen delantero, marcó diferencias en la época del "Hai que roelo" y fue el autor del "gol del ajo" que recordamos todos".

Aquel tanto que Ceresuela hizo al Celta en Pasarón, justo después de haberse atado las botas sentado sobre un ajo, supuso el primer ascenso del Pontevedra a Primera División. Fue en el año 1963 y con motivo del 50 aniversario de esa gesta, FARO reunió en Pasarón a cinco de los protagonistas, entre los que estaban el propio Ceresuela, Tito Estévez, José Jorge, Cholo y Guillermo.

Este último comenta que "Ceresuela era un tío estupendo". Aunque reconoce con buen humor que había cierta rivalidad, porque "cuando llegó Ceresuela yo ya empezaba a decaer", asegura que guarda muy buenos recuerdos de aquella época dorada del fútbol pontevedrés. Lo que destacó el antiguo delantero vigués fue el largo camino que tuvieron que recorrer para llevar al Pontevedra hasta Primera División, pues en solo cinco temporadas el club pasó de estar en Regional a competir en la élite nacional. "Cogimos el equipo en el fondo y tuvimos que remontar y remontar", apunta.

Como compañero y amigo lo recuerda José Jorge, con el que llegó a compartir piso en sus primeros años en la ciudad. "Teníamos una relación muy buena", comenta el exgranate, que también se refirió a la faceta deportiva de Ceresuela: "Era un gran futbolista, muy técnico y siempre estaba en el sitio oportuno, las pruebas están ahí, con los goles que marcó".

También fue compañero de piso de Ceresuela Eduardo Calleja, que recuerda emocionado que el maño "vino justo un año después que yo y como estábamos solteros estuvimos viviendo juntos cuatro años, hasta que nos casamos. Encima él se casó en Pontevedra y se hizo medio gallego ya".

El mítico defensa del "Hai que roelo" destacó que Ceresuela "era un buen tipo, muy buena persona, lo recuerdo con mucho cariño". Además, puso en valor sus cualidades como futbolista. "Era un jugador bueno, remataba bien de cabeza, era técnico. Al principio jugaba de delantero centro, pero después lo adaptaron un poco de interior", explica.

A pesar de que habían pasado muchos años desde la época en la que compartieron vestuario, y en algunos caso piso, y de la distancia geográfica, la relación de estos futbolistas eternos se mantuvo en el tiempo, celebrando cenas y comidas siempre que podían, especialmente en verano. Además, Calleja señala que seguían teniendo un fuerte vínculo. "Yo veo los partidos del Pontevedra por televisión desde Alcalá de Henares y lo llamaba justo cuando terminaban y los comentábamos", recuerda. "Hizo grandes amigos", finaliza Tito Estévez.