Decepcionante. Es la mejor definición para el partido que firmó ayer el Teucro, un encuentro que tenía marcado en rojo en el calendario, sobre todo porque los azules no quieren dejar de puntuar en casa, pero en el que dejó muy malas sensaciones en cuanto a juego, efectividad, intensidad y confianza. Una vez más, los más jóvenes de la plantilla intentaron echarse el equipo a la espalda, pero esta vez no hubo la misma comunión con los veteranos como, por ejemplo, hace solo 15 días contra el Guadalajara.

Los 20 goles encajados por el Teucro en la primera parte no eran buen augurio. El equipo pontevedrés dio un tan inesperado como trágico paso atrás en su dinámica de las últimas semanas, en las que había experimentado una notable mejoría, sobre todo en el aspecto defensivo, para mostrar la que posiblemente haya sido una de sus peores versiones de la temporada, al menos como local.

Y lo hizo en el momento menos oportuno, pues el Anaitasuna es uno de los rivales teóricamente más asequibles de la liga (si se compara con los que lo preceden en la tabla) y al Teucro le espera un duro mes de marzo, con cuatro compromisos contra "cocos" como el Ademar (sexto) fuera de casa y el Granollers (tercero), el Bidasoa (segundo) y el Huesca (quinto) en casa, con la visita a un rival directo por la permanencia, un Ángel Ximénez de Puente Genil al alza, entre medias.

El encuentro de ayer empezó igualado, pero dos tiros al palo de Fischer permitieron que el Anaitasuna se pusiera por delante por primera vez (3-4). Parecía que los azules se iban a mantener en el partido, pero los navarros ampliaron distancias a tres cómodos goles muy rápido. Superado el ecuador de la primera parte, el equipo de Ignacio Aniz tenía el encuentro donde quería y, a base de veloces transiciones y contraataques, se anotó un parcial de 0-4 que, sumado a su renta anterior, le permitió ponerse siete goles arriba (10-17).

El Teucro consiguió maquillar un poco el marcador al descanso (15-20), pero las sensaciones habían sido muy negativas, con una defensa endeble y sin aportación ofensiva desde los extremos (todos los goles fueron desde la primera línea), e iba a costar mucho cambiarlas en la segunda parte, que empezó con gol visitante y poniéndose nuevamente cuesta arriba, con el Anaitasuna anotando un parcial de 0-3 para volver a su renta de siete goles (17-24).

Reaccionaron entonces los de Luis Montes, que parecían con opciones de arañar algo de un partido gris, pero fue solo un espejismo.Con 21-24 en el marcador y Santana haciendo una gran parada, el Teucro falló dos ataques consecutivos con los que perdió todas sus opciones de salvar al menos un punto, y eso que todavía faltaban 15 minutos para el final del partido. Pero los azules no mostraban síntomas de recuperación. Los peores augurios de esa horrible primera parte se cumplieron. Lo peor es que al equipo pontevedrés, con el mes de marzo tan duro que tiene por delante y la enfermería a tope (Iván Fernández ha sido el último en caer, con un esguince de rodilla, y ayer Gehrhardt no pudo acabar el partido), se le complica seriamente la permanencia en Asobal.