No es que estuviera en mal estado, pero el césped de Pasarón estuvo muy pesado para los futbolistas tanto del Pontevedra como del Deportivo Fabril. La mayoría de los jugadores acabaron el partido de ayer tendidos sobre el terreno de juego realizando estiramientos por las sobrecargas musculares.

Las lluvias de los últimos días no sentaron nada bien al campo de O Burgo y lo convirtieron en un enemigo para futbolistas que acaban de superar lesiones musculares o están todavía en proceso de recuperación.

La anécdota del partido fue el debut con el primer equipo esta temporada en liga de Pibe y del canterano Rivera, que disputaron los últimos minutos del choque.