El Teucro logró superar al Frigoríficos en la final de la Copa Galicia, en un partido en el que los cangueses llegaron a disfrutar de hasta cinco goles de ventaja. Sin embargo, los de Luis Montes se sobrepusieron y aprovecharon la concatenación de errores que en la segunda mitad condenaron a los de Magí Serra en el último encuentro de la pretemporada. El Sinfín aguarda ahora el sábado en el arranque de la Liga Asobal en el Municipal.

El último ensayo de Cangas y Teucro se circunscribió en la locura propia de los duelos de preparación. Fue una batalla a la carrera, con un ritmo alto de juego y con la dificultad añadida de que ambas escuadras jugaron de azul, multiplicando los errores de pase.

Así las cosas el choque arrancó con un intercambio de golpes en el que cada equipo definía a la perfección sus armas. Los de Magí Serra explotaban la movilidad de Cerqueira en los seis metros y un par de buenas acciones de Mitic, que ayer dejó muestras de ser un elemento más que interesante. En el cuadro de Luis Montes la consigna fue correr y, cuando no se podía, fiar todo a un inmenso Davor Cutura que acumuló protagonismo tanto a la hora de dirigir como de finalizar.

Las igualadas se fueron sucediendo independientemente de los cambios de ambos técnicos. Pero el Frigoríficos llegó con mayor clarividencia a los últimos cinco minutos. Con su segunda unidad incrementó la intensidad defensiva y explotó las transiciones y la calidad de Manuel Aranda para retirarse a vestuarios con una renta inimaginable hasta poco antes (14-19).

En la reanudación fue el Teucro el que comenzó a hacerse con el ritmo del choque. Cangiani encadenó dos buenos lanzamientos y acortó distancias (16-19). El Cangas, con Mitic asumiendo responsabilidad, evitó que se acercase más (20-24, minuto 39), pero la mayor agresividad del 5.1 pontevedrés fue minando poco a poco a los de O Morrazo, castigados al contragolpe (25-25, minuto 46).

Empezaba otro encuentro, con Cutura luciendo galones y Lloria salvando balones imposibles. Moyano e Iván Fernández dieron ventaja a los suyos y Serra paró el reloj (31-29, minuto 55). Aranda puso el 31-30 y el Cangas tuvo balón para empatar. Lo desperdició y ya no pudo volver a engancharse. El título se fue a Pontevedra.