- Comenzó teniendo un papel muy secundario y acabó siendo un futbolista importante. Un pilar para Luismi.

- No sé si pilar es la palabra adecuada (ríe). Pero si es cierto que empecé mal, con poco ritmo y sin confianza. Yo veía que no estaba en mi nivel y sabía que tenía que dar un plus. No estaba a gusto. Al final acabé cogiendo ese ritmo, conociendo a la gente en el vestuario y adquiriendo confianza. Es algo que yo necesito para estar bien.

- ¿Qué le pasaba al principio?

- Era un cúmulo de varias cosas. El salto de categoría fue importante. Yo la desconocía y eso me hacía no tener confianza. Yo necesito confianza para que me salgan las cosas. Y cuando ves que no te salen, todavía te bloqueas más.

- Luisito apostó por usted. Pero quizá usted necesita un técnico más sosegado para rendir.

-Yo a Luisito le estoy súper agradecido. Fue el que me dio la oportunidad y apostó por mí junto al club, por supuesto. Me enseñó un montón y yo aprendí. Conmigo fue súper paciente. Así que no sé si atribuirle el plus que di a mayores al cambio de entrenador o simplemente al paso de las jornadas.

- ¿Hubo algún momento concreto en el que cambiase el chip?

-En diciembre me noté un poco mejor, con más confianza. Y cuando fue el parón de Navidades regresé con otro chip. Sí que recuerdo el partido contra el Burgos de Copa, que jugué de central tanto en la ida como en la vuelta. Luego el choque en Toledo, que también jugué en el centro. Esos tres partidos me vinieron muy bien para conocer una nueva posición y darme cuenta de que ahí también lo podía hacer decentemente.

- Nunca había sido central.

- Muy puntualmente. 20 minutos la temporada pasada. También con Luisito en un partido de Copa. Por eso cuando estás en ese momento de confianza ascendente, te ponen en una posición nueva y lo haces bien, creces, te ves útil y eso repercute en tu mejoría.

- Qué temporada tan rara.

- Cuando fiché no me imaginaba esto. No esperaba pasarlo tan mal a nivel colectivo ni acabar manejando una posición de central y jugando tanto. Yo me encontraba bien físicamente, pero mentalmente hacía falta ser muy fuerte para tirar hacia delante. Jugar tantas finales seguidas desgasta mucho.