El partido de este fin de semana en Pasarón entre el Pontevedra y el Burgos será poco menos que una final para los granates. El conjunto pontevedrés necesita recuperar cuanto antes las buenas sensaciones con una victoria balsámica que les permita seguir defendiendo esa cuarta posición que todavía ocupan a pesar de todo.

El margen estrecho de puntos que los de Luisito tenían con sus inmediatos perseguidores es ya inexistente y cualquier tropiezo podría ser aprovechado por Valladolid B o Ponferradina, que esta semana disputan sendos derbis castellano leoneses ante equipos que ocupan puestos de descenso en los campos de Palencia y Guijuelo, respectivamente.

Con este panorama liguero y la importancia de reconducir con premura a una difícil situación deportiva que se está prolongando demasiado en el tiempo, el Pontevedra espera impaciente la visita pasado mañana de un Burgos que está lejos de ser la cenicienta que parecía cuando arrancó la competición.

Después de sufrir las visitas a la ciudad del Lérez de rivales de "otra liga" como el Racing de Santander o el Celta B, pudiera parecer que este Burgos es un rival ideal para volver a sumar de tres en tres, pero nada más lejos de la realidad. El conjunto burgalés esconde muchos más peligros que los que refleja su clasificación y, de no ser por un pésimo inicio de liga, actualmente sería un aspirante más a pelear por las posiciones de ascenso junto con el propio Pontevedra tal y como ocurrió la campaña pasada.

Y es que el bloque castellano, al igual que el Racing de Ferrol, son un claro ejemplo de cómo unos malos primeros pasos en la competición pueden truncar la planificación de toda una temporada a pesar de contar con presupuesto y plantilla para cosas grandes. El pecado fue haber conseguido únicamente un puntos de los primeros 21 en juego, un remolque demasiado pesado para arrastrar durante toda la liga en el caso de querer pelear por cosas importantes.

La solución desde la directiva castellana fue poner fin a la etapa de Paco Fernández en el banquillo del El Plantío y recurrir a un seguro de vida como Manix Mandiola para reconducir su nave. Al ex del Tudelano le costó mucho tiempo recomponer deportiva y psicológicamente a su actual plantilla pero una vez llegó la primera victoria (jornada 11 ante el Lealtad) el Burgos experimentó un cambio importante que les ha permitido crecer y salir con holgura de los puestos de descenso.

En pleno ascenso llega por lo tanto el próximo rival del Pontevedra a Pasarón, anclados en un óptimo momento de forma que bien les valdría para estar cerca de las posiciones de ascenso en el caso de no tener que arrastrar esa tremenda losa de las primeras siete jornadas. Los de Manix Mandiola visitarán la ciudad del Lérez luego de haber conseguido batir en su estadio a todo un Celta B al que consiguieron cerrar la puerta para dejar a cero goles a pesar de haber dispuesto los celestes de varias oportunidades para incluso haberse llevado el partido. Dos goles del canario Adrián (pichichi de su equipo con 9 dianas) fueron suficientes para anotarse la victoria.

Desde el cambio de dirección en Burgos, el próximo rival del Pontevedra tan solo ha caído en tres ocasiones lejos de casa (Celta B, Valladolid B y Cultural Leonesa) ante equipos que curiosamente ocupan la parte alta de la clasificación.

La principal fortaleza de los blancos reside en estos momentos en su potencial defensivo. Actualmente solo han recibido un gol (1-0 en el Sardinero ante el Racing) en los últimos cinco partidos y de los 32 goles que llevan encajados en esta liga quince de ellos los han encajado en ese infausto inicio de competición en el que ocuparon el farolillo rojo durante varias semanas consecutivas. Los granates tendrán por lo tanto una dura prueba defensiva a la que enfrentarse en el momento más delicado de cara a gol de la era Luisito en Pasarón y con la duda hasta el último momento sobre si Mario Barco llegará o no a tiempo para tener unos minutos. El resultado en la primera vuelta ante el Burgos ya fue de empate sin goles.

Dos refuerzos

En Burgos han acudido además al mercado de fichajes invernal para reforzar sus filas. Y lo han hecho para atraer a su caladero a dos jugadores de perfil titular como son el centrocampista llegado desde Logroño, Chevi, y el joven defensor rumano del Real Zaragoza, Popa, quien esta campaña ya dispuso de minutos con el primer equipo maño tanto en Segunda División como en la eliminatoria de Copa del Rey.