El idilio de Pontevedra con la victoria en Pasarón no parece tener fin. Los partidos en casa de los granates están resultando ser sinónimo de victorias cada dos fines de semana y el equipo está demostrando delante de su público que tiene esa pegada que le hacía falta el año pasado.

Decían de aquel Pontevedra de Segunda División que había conseguido el ascenso a Primera para formar el temido bloque del "Hai que Roelo", que era conocido previamente como "Atila, rey de los Hunos" ya que cada partido que disputaba en suelo lerezana era sinónimo de un 1 en la quiniela de esa semana.

Décadas después el Pontevedra está en camino de emular esa gesta y poco a poco va dejando atrás récords de inicio de liga en los que el arranque como local ha sido inmaculado. En un primer momento igualaron y superaron la gesta de cuatro victorias seguidas del Pontevedra de Castro Santos de 1988. Ahora van lanzados a por su segundo objetivo, el de aquel club granate de la campaña 83-84 en el que jugaba por aquel entonces un institución como Milucho. Aquel año el tope de victorias nada más comenzar la liga fue de ocho, empatando luego el noveno partido ante el San Martín. Fue en Tercera División y en una campaña en la que los granates finalizaron la temporada en lo más alto de la tabla clasificatoria para después ascender a la división de bronce del fútbol nacional.