A pesar de las fuertes lluvias que han estado cayendo en la provincia de Pontevedra en los últimos días que han causado importantes estragos e inundaciones, el entrenador del Pontevedra no cree que la disputa del partido de mañana corra peligro.

El estadio presentaba en el día de ayer, el más lluvioso del año en la ciudad del Lérez, un importante charco en la esquina de Norte con Tribuna, algo habitual en los días lluviosos al carecer el estadio tras su última reforma de un sumidero que drene todo el agua caída.

El entrenador granate dice que "pienso que si el domingo hay una tregua es difícil que no se juegue. Para que un árbitro suspenda un partido el campo tiene que estar muy mal. Peor de lo que estaba el campo el sábado pasado en San Lázaro me parece imposible que esté. En Santiago había muchísima agua por encima del césped, la diferencia es que aquí lo que puede pasar es que se puede embarrar".

En cualquier caso la última palabra a la hora de tomar una decisión la deberá tener el colegiado madrileño López Fernández-Montes, quien realizará en la mañana previa al encuentro las diferentes pruebas para ver si el balón circula o no de forma correcta por el césped para valorar una hipotética suspensión.