El Teucro quiere sorprender a propios y extraños y luchar por el ascenso de categoría con un equipo que se confeccionó con la juventud y la modestia como señas de identidad. Todo es posible. Y para recordar que muchas veces no hay más barreras que las que uno se pueda poner, los azules recibieron ayer el apoyo de la primera plantilla que logró al salto a la máxima categoría.

La afición pontevedresa se puso de pie para aplaudir a los responsables de la que en 1973 fue la gran hazaña del balonmano local. En marzo de ese año el club firmaba su primera presencia en la mejor categoría del balonmano estatal. Así, cuando se llega ya a estos cuatro decenios de ese histórico momento, la directiva ha querido rendir homenaje a quienes lo lograron.

Con, lógicamente, más canas y kilos pero conservando su pasión por este deporte, una amplia representación de aquella plantilla centró la atención de los minutos antes del partido de ayer. Una visita que sirvió de talismán para la merecida victoria que logró el equipo ante el Adelma.

Vichi Sansilvestre (que realizó el saque de honor), Carlos Cameselle, Barcia, Mundo, Tito Areas, Maeso, Chema, Félix, Raúl Lamoso e Ignacio Núñez volvieron a experimentar qué se siente al estar en el centro de la pista mientras el público aplaude. También el entrenador que condujo a aquel plantel al éxito, Juan Luis. Los responsables de escribir un hito en la trayectoria del balonmano pontevedrés recibieron un reconocimiento que ahora, con las dificultades que ha atravesado la entidad en estos últimos tiempos, cobra aún mayor relevancia.

Los históricos no quisieron dejar pasar la oportunidad de aportar de nuevo su granito de arena para que el club vuelva a lo más alto. Animaron a los suyos, además de aconsejar a Barrios y los suyos sobre cómo afrontar la presión de esta recta final.