El COB era consciente de la importancia del partido de ayer, tenía claro el objetivo y no defraudó, ejercicio de actitud y una victoria más que necesaria. En una final de infarto el primer cuarto fue fiel reflejo del transcurso del partido, no solo el COB se jugaba mucho en el encuentro, sino que el Lleida también se enfrentaba a una cita decisiva. Ambos equipos salieron a la cancha con la máxima intensidad, sin regalar oportunidades y luchando tanto en defensa como en ataque, así ninguno consiguió abrir una gran brecha pero, los ourensanos, a pesar de los nervios, realizaron un parcial en el que hicieron gala de  la concentración que exigía Gonzalo García de Vitoria: 13-17.

En el segundo cuarto la tónica de la igualdad se mantuvo. Comenzó dañando Lleida pero fue respondido por un magnífico mate de Aaron Menzies. Aranzana hizo uso de su tiempo muerto porque el COB despegaba. Suficiente pausa para que los suyos le recortasen el vuelo, 31-33 para el descanso.

Con la reanudación, salió mordiendo Lleida poniéndose por delante en el marcador, 38-34, su máxima renta. Intercambio de tantos, 41-40 y Lleida rompía el partido en el ecuador del tercer tiempo, 47-40. Pero el COB no bajó los brazos, cabeza alta y empate, 49-49, la sentencia al último cuarto.

Nervios, presión y ambición. Por cada acierto al aro del COB respuesta del Força Lleida. 61-62 y apareció Spight, no se encontraba desde el primer cuarto pero estaba; triple y entusiasmo, 61-65. Pero por los locales aparecía Carrera, nuevo empate 70-70. Menos de dos minutos para el final, 74-74. La sentencia la tuvo una canasta de Yates y un fallo en la última jugada de Lleida, no pudo ser para Bulic para suerte, más que merecida, del COB, 74-76 y a pensar en Canoe.