Tres tiros libres convertidos por Adonys Henríquez, consecuencia de una falta cuando buscaba un triple el dominicano, cerraron un parcial de 10-0 que dejó en ocho lo que había llegado a ser una desventaja de 18. Era el 45-53, mediado el tercer cuarto. Ahí paradójicamente acabó el partido entre COB y Basquet Coruña, la respuesta herculina fue tan fulgurante como furiosa, en un visto y no visto volvieron a bordear la veintena de renta. Se acabó, entrar en el periodo definitivo 47-65 no parecía buena idea.

Hasta llegar ahí, el Ibereólica Renovables Ourense arrancó con acierto, 8-2 después de una cesta de tres de Mazaira. Un dominicano, Peña, nueve puntos en el primer cuarto, lideró la contestación coruñesa, 8-10, pronto 10-15 gracias a un parcial de 2-13. Reaccionó el Ourense, que igualó pero no pudo permitirse cambiar por completo el quinteto aún antes de llegar al minuto diez. Volvió Mikel Uriz, que pasó inadvertido, ni siquiera se vistió Joan Tomás, baja más que sensible.

Como ya demasiadas veces, los ourensanos tuvieron que apañárselas sin hacer daño por dentro, si acaso un poquito de Menzies. Fiarlo todo al tiro desde fuera fue la única solución, a todas luces insuficiente ante un Coruña que desde que cobró una buena diferencia, de doce puntos, maniobró con una comodidad exagerada. McGhee tomó el relevo de Peña e hizo un roto, 28-42 como máxima diferencia, 35-46 en el descanso.

Un parcial de 0-7 a la vuelta lo puso imposible para los de Gonzalo García, 18 abajo, 35-53. Llegó entonces ese conato de furia, ese 10-0 que encendió la vela de la esperanza. Nada, vela a la basura y todo vendido ya en el tercer periodo.

Un triple de Vega puso la máxima, 47-68, momento para que más de uno adecentase las estadísticas con puntos intrascendentes. Lo que no fue intrascendente fue la bola arriba de Monaghan que Belemene estampó en la canasta, bestial.

Lugo, dentro de dos semanas, próxima estación para el COB.