Pruebas serológicas a lo largo de la mañana y a primera hora de la tarde, vuelta a los entrenamientos a partir de las siete en el pabellón de Os Remedios. Es la hoja de ruta del Cidade Burgas, que regresa a la actividad más de medio año después. En el horizonte competitivo más cercano, un primer partido el 17 de octubre en Leganés.

Manolo Codeso, una temporada más, estará al frente de la nave. Tiene muchas reservas ante lo que viene: "Estamos preparados, aun sabiendo que no tenemos todas las garantías. Pero no es excusa, empezamos y punto. Seguridad no vamos a tener durante mucho tiempo, porque no sólo es jugar, está el entrenar, el viajar... El riesgo y el miedo va a estar ahí. Al final, después de cada entrenamiento cada uno hace su vida", relata.

El Burgas era el curso pasado uno de los recién ascendidos, el que viene ya no. "Yo creo que los nuevos quizá paguen el peaje del debut en la primera vuelta, aunque algunos se han reforzado una barbaridad. Nosotros hemos ganado un año en experiencia, preveo una liga bonita, sitúo a ocho equipos en la pelea por la permanencia".

¿Y dónde situamos al Burgas? "Hay que ser realistas, peleando por mantener la categoría. Vamos a ir jornada a jornada, vamos a meter a tres jugadoras de 15 años" (la guardameta África, Sol y Fara). "La competición nos dirá si están capacitadas para tomar peso o deben seguir haciéndose. Tenemos mejor equipo, con más banquillo, la ilusión es muy grande".

La guerra que no cesa

Codeso ha aguantado mordiéndose la lengua los últimos arreones desde el Envialia. Está claro, no hay deshielo. "Me han gustado sus declaraciones, por fin han hecho público lo que sienten, han dejado de decirlo por detrás. Ahora todos estamos a la misma altura. Lo acepto, cuando das estás expuesto a que te den. La primera de ellas (Cristina Castro, la fisio del club) no sé de qué juega; la segunda (Vanesa Barberá) debería hablar sobre dos entrenadores con los que haya trabajado, no es el caso. Dice que nos estamos quedando solos, mejor seguir adelante con mi filial que tener en él a jugadoras que no quieren subir al primer equipo. No sé si es un problema enquistado, sí que ellos nunca se arriesgarían a jugar con niñas de la cantera", acaba.