El pasado lunes, Pibe se despedía en las redes sociales del Ourense CF con unas emotivas palabras. Su destino está en Burgos, en el Promesas 2000 en concreto, club que desde este verano es filial del que milita en Segunda B. Aún hay dos más en Tercera, el Real Burgos y el Bupolsa, que nada tienen que ver.

"Me convenció el proyecto, me pareció un club serio, muy profesional", detalla Pibe, que el miércoles comenzó los entrenamientos en la Ciudad deportiva de Castañares. De momento son por la tarde, pronto pasarán a las mañanas -"mucho mejor, es lo que quería"-, recalca.

Presidido por José Luis Manzanedo, exitoso guardameta en el Burgos de los setenta, el nuevo club del cambadés de Argentina cuenta con una red de 27 equipos en categorías inferiores, el máximo permitido. El pato grande, el Burgos CF, SAD, tiene al argentino Antonio Caselli como máximo accionista.

"La carta hacia el Ourense CF no deja de ser un agradecimiento por lo bien que se han portado conmigo, pero necesitaba otros retos, el hecho de poder llegar al Burgos de Segunda B ha tenido mucho que ver en la decisión", relata.

Pibe, que lleva en Burgos desde el martes pero que ya ha contemplado la catedral, una de las más impresionantes de España, llega para "ayudar", después de una trayectoria ya más que notable. Si termina la temporada en el equipo de Segunda B poco vértigo va a tener, ¿no? "El proyecto aquí en Burgos es muy bueno, los jugadores son de una categoría superior", responde.

El pasado y el presente

Llamado a filas por algún que otro equipo ourensano y por otro pontevedrés, Pibe considera que "todos los años se mejora, de lo que se trata es de aprender constantemente, de corregir los errores. La temporada pasada fue muy buena, nunca había metido tantos goles", a la vez que se moja a la hora de adelantar que "por lo que veo tanto Ourense CF como Arenteiro están fichando muy bien, están haciendo buenos equipos, también el Barco. Me queda un poco la incógnita de la UD Ourense, a priori la sitúo un escalón por debajo".

"Me llevo una buena experiencia de Ourense, fue una pena que se parase la liga. Siempre me quedará esa espina de la derrota contra el Silva, sin ella habríamos llegado primeros al parón y en la final contra el Compostela nos habría valido el empate y habríamos ascendido a Segunda B. Pero es pasado, es el fútbol, debemos mirar hacia delante", subraya Pibe, que no hace ascos a una vida de nuevo en una ciudad sin mar. "La playa me gusta, pero no soy de tomar el sol. Prefiero pescar, hacer surf, bucear. En Burgos tendré todo cerca, a dos horas de Madrid", remarca. "Esperemos que el 18 de octubre estemos ya jugando, llegó un momento que todos pensamos que nunca iba a llegar. La responsabilidad de todos va a ser fundamental", remacha Pibe. Los primeros días le ayudó su padre a instalarse, en un hotel. Ahora le toca a él seguir.